Hasta la medula

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En un instante, Kazuma y Mitsurugi se lanzaron en contra de Valac.

El simple rose de sus golpes causaron tantos estragos, que incluso se sintieron en aquel mundo indestructible.

Las ondas de los golpes tenían tanta fuerza como autoridad encima, que estas se escucharon incluso saliendo de la misma galaxia.

No se detuvo ahí, pues cada golpe estaba siendo aún mayor que el anterior.

En todo el universo comenzó a escucharse el retumbar de aquel combate.

DOOM*

DOOM*

DOOM*

DOOM*

DOOM*

Valac lograba mantener a ambos a ralla, pues su experiencia al combate con seres igual de poderosos que el era mayor.

Pero aún contaba con la desventaja de poseer una inferior fuerza a la que proporcionalmente ambos alcanzarían.

Claramente era una idea de Kazuma este duelo, pues no por nada llamaría al mismísimo fragmento de luz brillante a esto.

'Esta usando la resonancia entre luz y oscuridad para que ambos se hagan más fuertes.'

Mientras que Valac bloqueaba ambos golpes con sus antebrazos, este lo logró notar.

Cada golpe no era dirigido hacia el, sino más bien lo usaban como un medio para dirigirse hacia otro lado.

El estaba en medio de una lucha entre luz y oscuridad, por lo tanto, estaba en medio de dos poderes que crecerían sin limite alguno para ganarle al otro.

Llevar esto más allá de cierto tiempo le resultaría contraproducente.

Valac entendía esto mejor que nadie.

'¡Lo más molesto es esa absurda energía que trae consigo!'

Valac comenzó a sentir dolor por el ambiente, pues todo estaba siendo bañado por luz irradiante.

Esas estrellas que coronaban el cielo en una inmensa cantidad no eran simples soles del cosmos.

Cada una era un conjunto inmenso de energía almacenada de Mitsurugi.

Valac aún pensaba en el como el había logrado juntar tanto poder sin siquiera llamar la atención de algún ser cercano.

Tanto poder era suficiente como para crear un universo infinito desde cero. Lo cual podría alimentar el desgaste tan grande que tenía Mitsurugi por usar el fragmento hasta este punto.

Valac ya no podía permitirse seguir jugando o fingir que era un simple luchador más del montón.

No contra ellos...

—¡Si es así como quieren jugar! ¡Entonces dejo de acaparar el beneficio de la duda!

Valac extendió su mano hacia varios orbes de energía en el cielo, cerrando su muñeca.

—"Redirigir".

De repente toda la energía comenzó a alterarse desde su punto inicial.

Todo comenzó a caer hasta el planeta en una secunda de ráfagas de luces inmediatas.

—¡Kazuma ten cuidado!

—... ¡!

Kazuma tuvo que empezar a esquivar los rayos de luz que cayeron desde el cielo.

Lamentablemente el a diferencia de Mitsurugi era bastante vulnerable al daño por la luz irradiante.

Valac sabía esto, así que no desperdicio ese lapso de tiempo en el que se había metido Kazuma.

Konosuba : ¡Bendito sea el Monarca! - Parte 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora