Konosuba : ¡Bendito sea el Monarca! - Parte 2

Laguna de personalidad

En el alba de la noche, Kazuma se recuperaba de sus heridas tras los muros de la base principal.

Incluso debió solicitar ayuda de Valac, pues sus heridas contenían mucho daño mágico.

Kazuma no contaba con experiencia luchando contra muchos fragmentos de luz, menos si estos eran tan poderosos como el mismo.

Por eso, su batalla contra Mitsurugi le había salido tan cara en la factura. Todo su cuerpo estaba retorciéndose por el dolor a la luz, maldiciendo nuevamente por que esta sigue siendo superior a su oscuridad.

Luego de un rato hasta que sus heridas sanaran, Kazuma decidió descansar en su trono.

Aún con su cuerpo vendado, el sólo miró a la nada del pasillo durante mucho rato.

Al menos hasta que Wiz comenzó a caminar hacia su dirección, inclinándose una vez que estuvo delante suyo.

—Mi señor...

—Di tu asunto, Wiz.

—Anna solicita tener una audiencia con usted.

—Dile que pase.

—Mi señor... Tengo el atrevimiento de recomendarle negar a ello, su cuerpo aún tiene algunas heridas de...

—Dije que la dejes pasar.

Con una mirada fría y seria, Wiz entendió los deseos de Kazuma.

Ella se retiro hasta la entrada del pasillo, por el cual pronto salió caminando Anna.

Pero a diferencia de Wiz, ella no se inclino ni mostró mucho respeto hacia Kazuma.

-¿Estas bien? Llegaste muy dañado hace rato.

—Me recuperó rápido, entonces... ¿por qué estas aquí?

-Oh... Ah, solo tenía curiosidad de ver como estabas.

Anna se acercó a Kazuma, mirando de cerca las vendas que cubrían temporalmente su cuerpo.

-¿Seguro que no duele? Es que... como ahora soy tu vigía, si te molesta algo entonces...

—No te preocupes por ello. Por ahora, céntrate en decirme que planes tiene Valac conmigo.

Kazuma se levantó de su trono, colocándose también una gabardina larga y negra para así cubrir su pecho.

Ahora con más vestimenta, Kazuma camino por el pasillo siendo seguido por Anna.

-¡Oh, si! ¡Esta...!

Anna comenzó a leer un pequeño libro que tenía en su cinturón, cosa que Kazuma logró entender rápido.

Sintió curiosidad, pues se dio cuenta que las letras estaban escritas en japonés.

'¿Será ella una reencarnada de Japón?'

Luego de tener en cuenta la situación de los héroes en la Tierra, Kazuma ya se había acostumbrado a la existencia de los "Viajeros".

Aunque también comenzó a sentir algo de curiosidad por Anna, pues a primera vista ella no se veía muy fuerte.

Si pudiera decir algo acertado, el diría que Anna era el miembro más débil de la brigada e incluso no apta para su puesto.

Entonces la duda era... ¿Qué hace ella ahí?

Con sólo ver sus movimientos, Kazuma se dio cuenta que ella no era del todo formal.

Incluso podría decir que era algo torpe incluso a la hora de buscar una página en su propio libro.

Le pareció un tanto interesante esa forma de ser.