Hasta pronto

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Frente a Kazuma estaba de rodillas Leisha, quien poco a poco fue perdiéndose en fragmentos de luz y oscuridad.

El monarca finalmente había sido derrotado por el candidato nacido de un hombre y un mortal, quien ahora se paraba frente a esta entidad con la victoria.

Pero fuera a toda posible reacción por parte de la monarca por su derrota, ella solamente tenia una sonrisa algo leve mientras miraba su ser comenzar a desaparecer.

El vacío estaba consumiéndola casi por completo lentamente debido a la gran existencia que esta significaba, pero esta existencia ya tenía fecha de caducidad.

Leisha ya luego de perder su título comenzó a ser liberada de las cadenas que el abismo había puesto encima de ella.

Con esto, ella finalmente volvió a ser quien alguna vez fue.

—Así que así terminara todo.

—Así lo hará.

—Hmm.

Leisha miro a Kazuma a los ojos con una mueca algo disconforme.

—Aunque ya sabia que esto iba a pasar, no me estoy sintiendo del todo satisfecha por esta resolución. Tal vez fue mi deseo de intentar probar las acciones carnales, aunque eso era parte de la vida.

—Espera... ¿eras virgen?

—Por supuesto, la reproducción carnal es algo que usa la vida para multiplicarse, yo nunca he vivido.

—¡Pero y todas las insinuaciones!

—Eran solo insinuaciones, no te hagas tantas ilusiones.

—¡Tú de verdad...!

Kazuma se toco la frente algo cansado, pero lentamente comenzó a relajarse para pasar a estar más calmado.

—Desde el inicio...

Leisha sonrío ya mas satisfecha al ver este tipo de reacciones por parte de Kazuma.

—Oye, Kazububu.

—... ¿?

Leisha levanto su pulgar arriba mientras sonreía de oreja a oreja.

—¡No la vayas a cagar!

—No...

Kazuma recupero su sonrisa cálida y calmada luego de mucho tiempo, esta fue una forma para el de despedirse de Leisha.

—No lo pienso hacer.

Con esta ultima frase fue la despedida de parte de Kazuma y Leisha, quien ya se empezó a perder por completo entre fragmentos.

Los fragmentos de oscuridad volaron hacia el horizonte y un corto destello de luz fue aquel que despidió a Leisha, dando a entender que había desaparecido.

Kazuma paso un segundo de silencio antes de finalmente estar listo para lo que venía a continuación.

El miro hacia el horizonte donde se había ido Leisha, viendo algo más allá.

—Finalmente te atreves a verme, Gobernante.

De repente un destello de luz resplandeció en todo el cosmos y a todo el universo junto a sus semejantes.

Un coro celestial fue cantado mientras que millones de seres alados tomaban toda la vista y los sentidos de Kazuma a su alrededor.

De entre todos estos seres apareció aquel que se había ocultado de la culpa y de su responsabilidad por mucho tiempo.

Konosuba : ¡Bendito sea el Monarca! - Parte 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora