Konosuba : ¡Bendito sea el Monarca! - Parte 2

Portadora del Tiempo

En las ruinas de lo que alguna ves fue Tokio, Japón.

Kilómetros de tierra deshabitada, sin posibilidad de que la vida vuelva a coexistir en este entorno.

Solo aquellos que usaban el mana en su ser eran capaces de pararse en estas tierras, sin recibir alguna clase de daño.

Un gran equipo militar estaba rodeando toda una zona plana, armando una gran estructura.

Lilith the dark, era quien estaba al mando de aquella intervención científica.

Junto a ella estaban Kazuma, Wiz, Makima, Thomas André y el sus compañeras de Kisaragi.

-Bien, el comisionado de fotones debería crear la grieta en el tiempo-espacio. Será un gran gasto de energía.

-Tu no te preocupes por ello, eso ya está cubierto.

Kazuma miró varios canalizadores de energía, las cuales tenía grandes cantidades de sus reservas dentro.

Lilith y Thomas sabían que aquella energía era tan descomunal, que podría alimentar al mundo entero por mucho tiempo.

Pero era necesaria hasta la última gota de mana, todo para provocar una ruptura en la misma realidad.

Thomas tomó el hombro de Kazuma, mirando serio el punto aplanado de tierra.

-No estamos seguros que tan poderoso será el portador. Debes estar alerta, incluso activar el poder que usaste para vencerme.

-Lo tomó en cuenta, pero no creo que haga falta.

-Ashborn… Esa entidad era alguien contra quien no estaría seguro de una victoria, eso con el poder del gobernante aún dentro de mí ser.

-¿Insinúas que puede vencerme? Recuerda que ella tendrá un ojo, pero yo el otro.

-Si, y ella ha tenido el otro durante quien sabe cuanto tiempo. Incluso puede que tenga una gran rama de habilidades.

Makima arqueo una ceja por la conversación, acercándose a los dos.

-Te escuchas asustado, simio.

-¡No me llames simio, perra maníaca!

-¿Qué han escuchado mis oídos? Veo que aún no te has dado cuenta de tu…

-Makima, ya detente.

Kazuma miró serio a Makima, provocando que ella diera un paso hacia atrás.

Wiz solo pudo sonreír internamente de la burla, queriendo gritar sus carcajadas.

Pero Kazuma se dio cuenta de la profunda autoridad que se había rodeado de repente en un punto, mirando hacia la zona plana.

‘Si esa energía es lanzada al núcleo del planeta, todo el mundo sería destruido.’

En su tiempo como rey de la tierra, Kazuma había aprendido mucho del conocimiento terrestre.

Uno de ellos fue la capacidad de destruir mundos, dándose cuenta de la verdadera razón del temor ante seres superiores.

El mundo no sería destruido tan fácilmente sólo con la presencia de un ser poderoso. Sino que el mundo peligraría por el choque de sus fuerzas.

Si las ondas de poder se dirigieran al núcleo del planeta, no pasaría mucho hasta que esté sea destruido.

-¡La carga está al 60%!

De repente una fuerte ráfaga de aire pesado se disparo, activando barreras para evitar un caos.