Konosuba : ¡Bendito sea el Monarca! - Parte 2

Un retorno inesperado

En la entrada de la fortaleza principal había una gigantesca cola.

Esta coma era para poder pasar bajo el resguardo de las fuerzas de la "Brigada de la Resurrección".

Actualmente era la zona más segura del planeta, pues no habían sido atacados y solamente un grupo selecto de personas podían entrar y salir.

Entre ellos estaban los informantes de otros reinos, quienes ya retornaban para dar todo lo recolectado.

Durante la espera, varios de estos comenzaban a hablar.

-Así que los rumores del elegido son verdades.

-Si, apenas salí hace unos días y lo confirme. Encontré al "Monarca de las Sombras" pasear por la zona.

-¿Entonces ya me voy a quedar sin trabajo?

-¡Hah! Deberías estar agradecido, no quieres seguir hasta terminar como el último informante, ¿no?

-¡Urgh! ¡No me hagas pensar en eso! Ya le tengo pánico a esos científicos locos, no quiero ser un ratón más de sus experimentos.

Un miedo corría por las venas de los informantes en Belzerg, esto por culpa de lo que le sucedió al último que fue descubierto.

Nada más que gritos de agonía y litros de sangre era lo último que se supo de algún informante descubierto.

Debido a eso, todos temían a los llamados "Arquitecto" y "Alquimista".

El informante tuvo una mala cara con sólo recordar los pedazos de carne que fueron tirados desde el palacio.

No había que ser un genio para saber a quien le pertenecía.

Al final, las charlas sobre el exterior mataron el aburrimiento durante mucho rato.

Frente a la puerta principal estaban los guardias, quienes revisaron los papeles de cada recién llegado con cautela.

-Nombre : Keith, Trabajo : Soldado de la vanguardia, Acompañante : Esposa autómata.

-Todo es correcto, señor.

-Bien, adelante.

Keith tomó su maleta luego de que el guarida le diera el pase libre, dando una señal a su esposa detrás.

La autómata entendió la señal, tomando la gran cantidad de cosas que llevaban.

Keith solamente camino hacia dentro de la fortaleza en silencio.

-... Hmm. ¡Siguiente!

Luego de la orden, una persona oculta por una capucha apareció frente al guardia.

-Papeles.

-...

-... ¿?

Luego de esperar uno minuto entero, el guardia se dio cuenta que el encapuchado no le hacía caso.

Sin decir nada, el encapuchado solo comenzó a caminar hacia delante.

-¡Hey! ¡No puedes pasar sin...!

En un instante, un sonido similar a un rápido silbido resonó en los oídos del guardia.

Fush*

El no comprendió nada de lo sucedido, pero había algo que dejó su mente en blanco.

Por alguna razón el ya no sentía nada desde su muñeca hasta las yemas de sus dedos.

-¿Q-que...?

El guardia miro su mano aturdido, viendo con horror como esta de desprendía de su brazo tal y como si no formará parte de él.