34. True Love

41 3 0
                                    

MAINE

Playlist: cover Jungkook-Falling.

Playlist de Edmund: Imagine Dragons-Easy come easy go.

《●》

Cuando Edmund terminó de hablar sentí muchas cosas a la vez, como un conjunto de impactos continuos en la espalda, las piernas, el pecho y los sentidos con la potencia de un golpe dado con un martillo. Mi Chico Listo me acababa de soltar hasta la última gota de la totalidad de su dolor, ese que no solo llevaba sobre los hombros sino también entre la piel, rodeando los huesos, interfiriendo en su corazón hasta componer su vida durante todos estos años.

De repente fuí conciente de muchas cosas, cosas que tal vez antes eran simples coincidencias o hechos sin importancia, pero que ahora le daban una razón a cada acto, pregunta y respuesta. Comprendí por qué se transfirió de secundaria a mitad de año, por qué odia tanto a James, por qué no suelta sus baquetas ni para cagar, por qué a veces tenía esos catastróficos cambios de humor cuando le hacía preguntas, por qué terminaba hospitalizado algunos días, por qué cada sábado para él era imposible salir de la sombra de su habitación, por qué, por qué y por qué...

Todo era por qué su vida estaba marcada por el sufrimiento más grande de todos: el perder a tu familia y vivir con un sentimiento de culpa incurable.

No veo que pueda ser peor que eso.

Recordé las historias narradas por los alumnos de la escuela sobre lo que vivió su familia. Cuando ocurrió, nadie podía parar de hablar sobre el tema, cada boca contaba una versión diferente hasta que el verdadero acontecimiento se volvió borroso. La casa anterior de Edmund se volvió el lugar perfecto para videos en Youtube sobre recorridos por casas embrujadas, incluso la calle fue apodada "la calle maldita", y se decía que el espíritu del hijo seguía rondando por ahí...y si, sólo que todavía no era un espíritu. Me sentí el triple de mal al recordar ese hecho, ya que incluso transferido, Edmund debió escuchar todos esos rumores sobre él y su familia sin poder defenderse.

En este momento Edmund y yo estábamos en el cementerio, sentados frente a las tres tumbas Favino rodeadas de rosas y velas que se habían apagado por las gotas de lluvia. Intentaba no llorar con todas mis fuerzas, pero el nudo en mi garganta lo hacía difícil, y al momento de mirar a Edmund a la cara...no pude aguantar más. Su labio inferior temblaba con agresividad, sus manos entrelazadas parecían presionarse una contra otra como si pelearan en silencio, su cara estaba pálida tal cual el peor invierno que ha cruzado Estados Unidos, y su desconsuelo...mierda, era latente, potente, inmenso y extenso, envolvía el planeta por completo, te partía en pedazos sin misericordia.

Supuse que este era mi auténtico Chico Listo sin máscaras, sin falsas sonrisas ni obras teatrales basadas en la felicidad que no percibía. Este era mi auténtico Chico Listo pasando por un interminable proceso de depresión absoluta y la palpable pena...entre tanto, lo supe: después de todo, si tenemos algo en común.

Nuestro dolor va más allá de este mundo.

-Lo siento, Maine-dijo, sin dirigirme la mirada-. Debes pensar cosas horribles sobre mí. Sea lo que sea que pienses, tienes toda la razón.

-Todo lo contrario-contesté.

-Entonces, ¿Por qué lloras?

-Porque te amo y estás sufriendo-me seco las lágrimas-. Eso me entristece. Puedo sentir tu dolor.

-No-dice rápidamente-. No puedes.

-¿Cómo estás tan seguro?

Me mira. Sus ojos están enrojecidos.

Más allá de este mundo (Libro I)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora