Todo cambia, aun así te amo (yaoi/m-preg)

Cada vez más romántico

Hiro-san

 

Lunes, hoy tengo que ir a conversar con el profesor Miyagi, era hora de confesarle sobre mi embarazo, mis vacaciones de 1 mes se había acabado y mis nervios estaban en las nubes.

-Recuerda que tienes que estar tranquilo- hablo Nowaki sacándome de mis pensamientos-¿seguro que no quieres que te  acompañe?- toca mi hombro para quedar cara a cara.

-Tranquilo estoy bien- de hecho no lo estaba,  como se supone que le contaría esto al profesor- iré, y volveré lo más rápido posible- era obvio que tendría que renunciar Nowaki no quería que trabajara, ya que, siempre andaba de un lugar a otro cargando libros u ordenando los libros del profesor y menos quería que pasara rabia con los alumnos irresponsables, quería que tuviese un embarazo tranquilo.

-Ok amor, cualquier cosa me llamas enseguida no quiero que les pase nada a ninguno de los dos-me tomo de la cintura para luego besarme tiernamente en los labios, de seguro en ese instante mi cara era más parecida a una bola roja.

-Cre..o qu...e debe...ri..a irme- intente separarme de él.

-Sí creo que es lo mejor, pero antes...- me miro directamente a los ojos, para luego comenzar a acercarse y darme un beso.

-Vamos Nowaki no empieces- hable cortando el beso- sabes que tengo que irme estoy atrasado.

-Jajaja... Hiro-san si pudieses ver tu cara en este momento pareces un tomatillo- dijo entre risas.

-Ja como si estuviera con ganas de que molestaras, pues te informo que no- dije eso mientras tomaba mi bolso y saliendo del departamento, cerrando la puerta detrás de mí y sin despedirme del idiota de Nowaki-* suspiro*-era hora de ir a la universidad.

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-Sentía que todo me daba vuelta, no pensé que mientras más me acercaba a la universidad, m as nervios tendría, ya en la puerta preferí entrar a unos de los baños a tomas un poco de agua y luego me dirigí a la oficina de historia, era la hora.

-Profesor Miyagi, ya volví necesito hablar con usted- abrí la puerta y hable lo más serenamente posible, pero para mi sorpresa el profesor se encontraba encima de un joven, el cual no logre reconocer y al verme se fue corriendo- Mmm... porque esto me parece un  Deja vú — dije entrando a la oficina.

-Ehhh Kamijou que bueno tenerte otra vez por aquí, sabes necesito tu ayuda con esos libros- apunto una pila de libros que se encontraban tirados en el suelo.

-¡PROFESOR CUANTAS VECES TENGO QUE DECIR QUE SEA MAS ORGANIZADO!- grité- justo ahora que no puedo alterarme- Nowaki tiene razón será mejor que deje esto- pensé.

-Vamos no arrugues tu frente, sonríe, sonríe- me toco entremedio de las cejas como siempre lo hace- dime que querías hablar conmigo.

-*suspiro*- Profesor esto no es fácil de decir- me senté en la silla del escritorio que normalmente ocupo- tengo que renunciar- el profesor al escuchar esto se quedó inmóvil se dio la media vuelta mirándome y acercándose quedando en frente de mí.