Felicidad

333 36 3
                                        

Algún día mi rostro estará junto con los otros rostros hokages

No tengo dudas de eso...

Sarada recargó su cabeza sobre el hombro de Shikadai mientras ambos veían los rostros en piedra desde el balcón de un parque.

Eran jóvenes, con mucha vida por delante.

Shikadai podía recordar ese día como si fuera ayer, era una tarde cualquiera y había invitado a Sarada por un helado, hace poco habían iniciado su relación romántica.

Jóvenes, enamorados y con muchas ganas de vivir, no podía ser mejor.
Pero, lamentablemente, sí podía ser peor.

— Puedes tomar mi puesto como consejero... —dijo Shikamaru— ...pero entenderás que podría ser escandaloso que mantengas una relación con un Hokage.

En ese momento el Hokage aún era Naruto Uzumaki, sin embargo, Shikadai entendió a lo que se refería.

Había un nombre en la lista de candidatos al puesto de Hokage que resaltaba, Sarada Uchiha era la primera en la lista, justo como Shikadai en la lista de candidatos para ser consejero una vez que Shikamaru se retire.

Entiendo...

Estaba entre la espada y la pared, siempre había tenido la idea de que tomaría el puesto de su padre, pero ahora no estaba seguro de querer pagar el presio, ahora el costo era mayor que antes de enamorarse de la chica más problemática y malhumorada de Konoha.

Y ¿de que querías hablar? —preguntó Sarada mientras veía a Shikadai de frente.

Ahh yo... —se quedó en blanco unos segundos, no logró encontrar las palabras adecuadas— ...solo quería invitarte a Suna, mis tíos harán una fiesta y quiero que me acompañes... —no era mentira lo de la invitación a la fiesta, pero no era lo que quería decirle.

Se había acobardado.
No quería decirle que su relación estaba en un confuso riesgo, no se atrevía a decirle que tenía que elegir entre ella y su puesto.

El séptimo me ha llamado a su oficina esta tarde, me ha contado lo que te han dicho... —dijo Sarada mientras tomaba la mano de Shikadai, al final lo había descifrado— ...también me dijo que los altos mandos no aceptarán que exista una relación amorosa entre un hokage y su consejero...

Un silencio frío se apoderó de ellos durante unos segundos.

Ambos tenían miedo, mucho de hecho, además de que sentían un peso por la culpa.
No pensaron que esto ocurriría.

Los ojos empapados de Sarada hicieron reaccionar a Shikadai.

No quiero que abandones tu sueño por mí, lo has deseado desde niña y has trabajado mucho por eso... —tomó sus mejillas y junto sus frentes, podía escuchar como la respiración de Sarada comenzaba a cortarse por contener el llanto.

Pero yo te amo...

Yo también te amo, eso nunca va a cambiar, pero no podemos seguir juntos.

Las palabras les dolían, lo que más dolía era la verdad en ellas.

Shikadai aún recordaba perfectamente esa noche, esa despedida después de años aún le provocaba un nudo en la garganta.

Fue cierto lo que le dijo aquella noche, aún la amaba.
La extrañaba tanto que quemaba cada vez que la veía, pero le encantaba verla, aunque sufría y sufría aún más cuando podía ver que ella estaba tan herida como él.

Pero ahora, en ese día de felicidad y ver a Sarada logrando cumplir sus sueños pudo sentir verdaderamente que había valido la pena.

Veía desde algunos metros como muchos se acercaban a felicitar a Sarada, la nueva Hokage.

Recordaba todos los momentos que paso con ella y verla tan feliz lo ponía feliz.

No importaba el dolor y el sufrimiento, a pesar de toda la tristeza de dejarla ir, estaba feliz al verla cumplir sus sueños y saber que la acompañaría por ese camino, aunque no de la forma que deseaba.

EMOCIONES || ShikaSaraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora