EMOCIONES || ShikaSara

Melancolía

Última parte de este pequeño arco que abarca "Odio", "Tristeza" y "Desesperación".

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Su corazón estaba acelerado, no sabía si se trataba de emoción o nervios.

Pese a la oscuridad Sarada caminaba sabiendo perfectamente por donde iba. Había explorado ese bosque tantas veces que sus pasos andaban solos, pero desconfiados a lo que le esperaba.

No habían acordado el lugar específico del bosque en el que se verían, pero para ambos era obvio.

Debajo de un árbol estaba Shikadai esperándola.

Ese árbol pudiera parecer igual a los otros, pero no lo era para ellos.

Siempre se estaban bajo la sombra de ese árbol, incluso ahí Shikadai a punto de dormirse le había dicho te amo a Sarada por primera vez.

Ese árbol había sido testigo de ese bello momento, ahora sería testigo de otro momento que ninguno de los dos sabía como acabaría pero que iniciaba con un mal sabor de boca para ambos.

Shikadai la miró en silencio hasta que ella llegó hasta él.

No sabía muy bien como iniciar la conversación.

— Ya estoy aquí —avisó Sarada aunque eso ya era evidente, de alguna forma ella tampoco sabía muy bien como iniciar la conversación— puedes empezar a decir lo que quieras decirme...

— Yo -ah... —un nudo se comenzó a formar en su garganta, pero no quería empezar a llorar sin antes hablar— perdón Sarada, no debí hacerte eso... —no sabia mas que disculparse por lo que le había hecho, se sentiría como un descarado si comenzaba a rogar por una segunda oportunidad en ese momento— ...no se que decirte para que me creas

— Solo tienes que decirme la verdad para que te crea —le calaba ver a Shikadai de esa forma, ella seguía enamorada de él pese a lo que le hizo.

Aunque no mentía que ya no era el mismo amor de antes, ya no lo veía de la misma forma.

Quería lanzar todo al caño y abrazar mientras le dice que lo perdona y que pueden volver a ser felices juntos.

Pero su orgullo, dignidad y cerebro la detenían a base de cadenas.

— ¿Estas... —Sarada se detuvo unos segundos, no estaba muy segura de querer saber la respuesta pero también sentía la necesidad de hacerla— ...tú estas enamorado de esa chica?

— ¡No! No, nada de eso —casi por impulso Shikadai tomó a Sarada por los hombros acercándose más a ella, viendo con mas claridad sus ojos negros cristalizados— a la única chica que amo es a ti. Yo ni siquiera la conozco...

Shikadai no sabía como se tomaría esa revelación, pero era la verdad.

Había salido a beber un poco con unos amigos, esa chica estaba junto con otras amigas de los amigos de él.

La chica le pidió que la llevara a su casa y ahí pediría un taxi, al final Shikadai accedió a eso y otras cosas más.

Se arrepentía de haber salido de casa aquella noche, ahora estaba pagando con crestas lo que había hecho.

— Si me amabas ¿por qué te acostaste con esa chica? —la voz de Sarada estaba colgando de un hilo, no entendía como es que él había hecho eso.

Ella jamás se habría atrevido a hacer eso, la traición era un plato que antes pensaba imperdonable.
Ahora ya no sabía muy bien que era lo que debía hacer.