EMOCIONES || ShikaSara

Tentación

— Necesitamos a los Nara a toda costa, lo entienden ¿verdad?

El tan recto y alzado Sasuke Uchiha hablaba desde su escritorio.

Tensaba a todos los que estaban en su oficina, incluso a su hija de pie delante de él. Ella era una copia casi exacta de su querido padre, pero aun no lograba tener aquel poder al hablar cuando estaba en el trabajo.

— Señor, ya le hemos ofrecido toda clase de tratos a los Nara, ellos estan firmes en no querer trabajar con nosotros...

— Dije que los necesitamos ¡A toda costa! —el último grito ganó un pequeño sobresalto de casi todos los demás, su hija solo apretó los labios por el terrible carácter de su padre— ¿no soy lo suficientemente claro o no eres capaz de entender una simple orden?

La secretaria retrocedió casi por instinto sin responder a la ofensiva pregunta de Sasuke, Sarada solo pudo sentir pena por ella, tanto esa pobre mujer como la otra asistente se pusieron a temblar por el caracter explosivo de su jefe.

Sarada estaba cruzada de brazos, estaba algo tensa pero para nada se sentía intimidada, eran sus nervios contra la situación.
Estaba en su año de prueba, si lograba pasar todas las metas que su padre le pondría ese año, la empresa sería suya.

La quería, la deseaba y la reclamaba.

Solo había un pequeño detalle, el problema que su padre le estaba poniendo en ese momento.

Los Nara no tenían ni una pizca de deseo de querer trabajar con ellos. Pero las conexiones que los Nara tenían con los Yamanaka y clanes en Suna podría jugar al favor de los Uchiha, necesitaban ese truco bajo la manga.

— Hablamos con los Uzumaki, ellos nos dijeron que tratarían de convencer a los Nara

Ese era Mitsuki, era más que un asistente para Sarada, eran mejores amigos desde la secundaria.

Ella se apenaba de tener que exponerlo al mal caracter de su padre, pero Mitsuki era brillante y sería una gran carta tenerlo junto a ella.

— ¿Y? —preguntó Sasuke a secas.

— No hemos recibido noticias al respecto... —pero ni siquiera Mitsuki tenía buenas noticias sobre el tema con los Nara.

Un suspiro lleno de enojo y decepción salió de los labios de Sasuke, eso puso más nerviosa a Sarada.

Las dos miradas oscuras se vieron entre si.

— Sarada, tú vas a conseguir ese trato con los Nara. —aseguró Sasuke mostrando estar casi totalmente convencido.

— Pero papá, ellos de verdad no quieren-...

— Lo conseguirás —interrumpió Sasuke con una seguridad que todos notaron— mañana mismo ellos vendrán, porque si consigues eso podrás manejar perfectamente la empresa cuando tu tío y yo nos retiremos

Sarada estaba frustrada.

Dudaba muchísimo de cumplir sus objetivos.

— Ahora váyanse, tengo trabajo por hacer y no tengo todo el tiempo del mundo —ordenó Sasuke.

Sarada salió de esa oficina golpeado el suelo con la planta de sus tacones a cada paso que daba.

¿Estaba emberrinchada? Claro que lo estaba, era buen padre, pero era un dolor de cabeza como jefe.
Y sabía separar el trabajo de sus relaciones familiares con una excelencia increíble para la desgracia de su padre.

— ¿A dónde vas? —preguntó Mitsuki alcanzando su velocidad.

— Con los Nara, si no trabajan con nosotros mi cabeza va a rodar y eso no lo voy a permitir.