⠀⠀Capitulo 12

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 SONGS!

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 SONGS!

Repeat Until Death - Novo Amor

Experience - Ludovico Einaudi

(Les recomiendo muchísimo leerlo mientras escuchan estas canciones. Si tienen spotify, encontrarán la playlist de DDO ahí) 



Estoy exhausto.

Dejé mis preocupaciones para el último día y ahora estoy pagando las consecuencias. Antenoche no pude dormir y ayer creí que iba a desfallecer en el instituto. Me he estado reprochando todo el maldito día por haber aceptado llevarle el dinero a Taehyung, tanto que no me he concentrado en clases. Me preocupa lo que vaya a pasar.

Jia dijo que mantuviera la calma, que todo saldría bien, pero es difícil creerlo.

Le compré un pastel de fresas, sí, como si fuera un acto de reconciliación, sin embargo, no es para disculparme por nuestro pasado, porque eso no se soluciona con un dulce y tierno pastel. Lo compré, quizás, como una segunda excusa para entablar una conversación real.

Llevo frente al edificio más de cinco minutos, mirándolo de arriba abajo. Doy un paso adelante y dos atrás. Desearía ser más valiente, dejar de sentir que las piernas me fallan o que mi corazón se detendrá en cualquier momento por la velocidad a la que va. Desearía, sobre todo, dejar los escalofríos y el retorcijón de estómago que me hace parecer enfermo, como si hubiera pescado un virus.

Un minuto más, me digo y saco el celular. Son las cinco y tres minutos de la tarde. Solo un minuto más.

Ha comenzado el invierno y, aunque el sol está allí, medio oculto tras las nubes grisáceas, hace demasiado frío. A pesar de tener una chaqueta que me hace ver la cabeza más pequeña, el frío logra colarse por algún agujero. Me gusta, pero ahora mismo lo detesto porque me hace sentir peor, pues ya siento el cuerpo frío, casi congelado desde adentro...

Volviendo a echar un vistazo al celular, me doy cuenta de que ya pasaron dos minutos y meneo la cabeza.

—Tú puedes hacerlo, Jungkook —me digo a mí mismo.

Suspiro, caminando a la entrada del edificio. Subo unas escaleras que están decoradas con un sinfín de plantas y entro al lobby. El vigilante de aquella vez está mirando su móvil cuando entro, y fuerzo una sonrisa. Se siente como si una mano invisible apretara mis tripas.

—Buenas tardes —dice él y cojo aire.

—Hola. Disculpa, ¿sabes si Taehyung se encuentra?

—¿Cómo te llamas, chico? —pregunta distraído, alargando una mano para tomar una galleta de una caja pequeña.

—Jungkook —respondo, sorprendido de mí mismo por sonar fluido.

Me muerdo el interior de mi labio inferior con ímpetu y observo al hombre con atención. Marca algunos números en el teléfono y luego se lo pone al oído.

después del odio » taekooktaeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora