❝En los años de juventud, Jungkook hizo pedazos el corazón de Taehyung. Cinco años después, el destino los pone en un mismo camino. Aunque piensen que la vida los está atormentando, lo cierto es que les está dando la oportunidad de sanar heridas y s...
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El barman me entrega el segundo chupito para calmar los nervios y me lo tomo enseguida. Un calor me abraza la piel bajo el uniforme y pongo mala cara. La idea tampoco es embriagarme antes de comenzar la subasta, pero veo a estas personas a mi alrededor tan hambrientas de carne que me ponen ansioso.
—No puedo darte más —dice el barman y ruedo los ojos, porque ya lo sé—. Relájate y recuerda mirar a la pared, no a ellos para que no te ganen los nervios.
—¿Alguna vez te has parado ahí?
—No, pero he visto a algunos chicos pasar por ese escenario. —Hace una pausa para girarse y tomar una botella de vodka—. Si te notan demasiado nervioso y, sobre todo, no muy seguro, no darán mucho por ti, créeme.
—Sí, pero-
—Jungkook —dicen a mi costado y me estremezco. Mi cerebro reacciona, mi cuerpo se queda inmóvil—. Vi que participarás.
Frunzo el ceño, moviendo lentamente la cabeza como para asegurarme de que no es una alucinación. Mingyu tiene una sonrisa desagradable en el rostro y, dándome cuenta de que está casi encima de mí, me hago a un lado.
Si bien quiero irme, necesito terminar de escuchar al barman para evitar hacer el ridículo allí al frente. Mingyu pide algo y el Barman me mira, como preguntándome al mismo tiempo si todo está bien y asiento con la cabeza.
—Creo que tú y yo comenzamos con el pie izquierdo —comenta Mingyu, inclinándose un poco hacia mí.
El mínimo tacto me revuelve las tripas.
—¿Vas a disculparte?
—¿Por qué? No hice nada malo —se mofa y, por primera vez, lo miro fijamente. Su estúpida sonrisa sigue ahí y lo único que deseo es darle un golpe—. Como sea, solamente quería tomar la oportunidad para agradecerte. —Relajo por un microsegundo la expresión de mi rostro, desacertado, antes de pronunciar las arrugas de mi frente. Él sabe que no está siendo demasiado claro—. Por la última vez que fuiste al instituto. Me pediste que subiera a la azotea. Supongo que sin ti Taehyung y yo no nos habríamos hecho tan buenos amigos.
—No hice eso.
—¿Acaso tienes problemas de memoria? —Tenso la mandíbula, enderezando la espalda—. Bueno, tampoco me sorprende que lo olvidaras. Estabas hecho un lío cuando te vi en los pasillos, parecía que ibas a volverte loco.
—No hables como si me conocieras —mascullo.
—La cuestión es que dejaste a Taehyung hecho polvo.
—Y tú te aprovechaste de eso, ¿no?
Se endereza, al igual que yo.
—Aproveché la oportunidad que tú me diste. Pero no te preocupes... —suelta con desdén, medio apoyándose en la barra—. Lo nuestro fue y siempre será solo una amistad.
