La beatitud que desprende el mar es enternecedora.
La primera vez que fui me quedé con los pies embullados en la arena mientras el mar lentificaba las olas en la orilla, mojándome hasta los tobillos. En aquel momento me había aislado de la aglomeración de personas y estaba en un pequeño rincón de la playa, mucho más lejos del bullicio. Estaba yo y el mar, mirándonos fijamente, sintiéndonos y proclamándonos. El alba había pasado hacía unas horas y pronto tendría que volver al hotel para reclamar un poco de comida.
Taehyung llegó unos minutos después —cuando me estaba dejando embriagar por el olor de la arena mojada y de las piedras lisas—, me abrazó por la cintura y dejó un beso en mi cuello, cerca de la clavícula. No fue casto, intuí una segunda intención en la forma en que me apretó contra su cuerpo y la punta de su nariz olisqueó mi hombro. Lo recuerdo como si la humedad del mar aún estuviera sobre mi piel.
—¿Por qué no vamos a desayunar?
Bajé la mirada, exhausto.
—Más tarde.
—Sunny está esperando que vayamos a desayunar para venir a divertirse.
Cerré los ojos nuevamente y respiré profundo. No quería subir aún, no tenía ganas ni fuerzas para seguirle el juego.
—¿Está bien si me quedo aquí un poco más? —le pregunté con amabilidad.
—Claro.
Pero siguió en la misma posición, sin inmutarse, y su tranquila respiración comenzó a irritarme.
—A solas —agregué.
Taehyung aflojó un poco el agarre y me miró fijamente, aunque yo apenas pude verlo por el rabillo del ojo.
—¿Por qué? —cuestionó, un poco molesto—. Si te traje conmigo fue porque quería que pasáramos tiempo juntos. ¿No quieres?
Me quedé quieto, pasando saliva. Mi intención no era hacerlo sentir mal. Estaba agradecido y complacido por su invitación.
—Sí, pero...
—Acordamos divertirnos —señaló con recelo y yo aguardé silencio, dejando que él lo tomara como quisiera—. Vamos.
A pesar de no ser brusco y, al contrario, tomar mi mano con gentileza y una sonrisa amable, sentí como si me llevara al borde un abismo y no al mismísimo paraíso. Caminamos como una pareja joven, o simples amigos. Nunca nos importó la opinión de los demás con respecto a nosotros mismos.
Al llegar al hotel, la señora Sunny —quién se había encargado del viaje porque los padres de Taehyung no pudieron—, se aseguró de que recibiéramos nuestro desayuno en la habitación y luego bajó a la playa, dejándonos a solas, segura de que lo único que haríamos sería llenar nuestro estómago.
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después del odio » taekooktae
Fanfiction❝En los años de juventud, Jungkook hizo pedazos el corazón de Taehyung. Cinco años después, el destino los pone en un mismo camino. Aunque piensen que la vida los está atormentando, lo cierto es que les está dando la oportunidad de sanar heridas y s...