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Llega el sábado por la mañana. Kazutora se encuentra durmiendo plácidamente en su cama cuando una música que reconoce al instante perturba su descanso.

― ¿Diga? ―el profesor responde al teléfono en un estado de semisueño, hasta que la voz del otro lado le hace despertarse de su trance.

― ¡Kazutora maldito! Tienes que contarme muchas cosas. ¡Esta noche se sale sin falta! Tú y yo, como en los viejos tiempo, quedamos a las nueve en el bar de siempre ¿te acuerdas? ¡¿No te habrás olvidado de mi verdad?!

― ¿Yuzuha? ¿Pero de qué quieres hablar? ¿Tú sabes la hora qué es? ¿Y que es sábado?

― ¿Qué pasa, es que saliste a noche o qué?

―Pues... no, pero los sábados la gente duerme hasta más tarde.

―Bueno, da igual, esta noche ya sabes, donde siempre a las nueve. ¡No te olvides!

―Si, si, está bien... ―la chica cuelga y Kazutora ya se ha despertado del todo.

¿Qué querrá esta mujer ahora? Si es que no ha cambiado nada de nada... Bueno... tendré que aprovechar que se me ha quitado el sueño y salir a correr antes de que se me haga tarde. Echo de menos correr, es lo mejor para relajarse, últimamente he estado demasiado tenso.

Esa noche Kazutora se fue al bar donde había quedado con su vieja amiga Yuzuha, con la que en su época universitaria solía verse casi a diario, pero después de terminar su carrera y conseguir un trabajo, apenas se veían.

Al llegar, el joven pudo notar como su amiga ya se estaba terminando la que parecía ser su primera copa. Se sentó en la mesa enfrente de ella.

― ¡Serás travieso! ¡Qué callado te lo tenías casanova!

―No sé de qué me estás hablando Yuzuha, de verdad...

El camarero se acercó a su mesa y ambos pidieron una copa para cada uno, la segunda de Yuzuha.

―No seas así... a mi me lo puedes contar. Ya ves que si no me lo cuentas tú me voy a enterar por otras fuentes.

―Te juro que no tengo ni idea de qué es a lo que te refieres.

― ¿Pues qué va a ser? De lo tuyo, con el pelinegro del gimnasio.

―Hace mucho que no voy al gimnasio a entrenar, así que creo que te han contado algún chisme falso. Por si no lo sabías hasta esta semana he estado con el tobillo mal. Andaba con muletas y todo.

― ¿No me digas? Pues Draken me dijo que te llevó a casa después de salir de una de las clases de ese sensei.

¿No me digas que...?

― Ah... Eso... no es lo que parece.

―Pues cuenta, cuenta. ¿Cómo es que estaban en una de las clases del hombre si tenías la pierna rota?

―Solo fue el tobillo, pero todo tiene una explicación.

―Te escucho ―Yuzuha colocó los codos sobre la mesa mientras apoyaba su barbilla en sus manos y miraba a Kazutora con una mirada pícara que lo molestaba.

―Dos de mis alumnas van a sus clases, y cuando me torcí el tobillo y fui al médico me lo encontré con una de ellas y me invitó a ir a una de sus clases, pero solo para verlo. A Mana le hacía mucha ilusión y estuvo más de una semana insistiéndome, así que fui.

―Ya veo... ¿Y por qué te llevó Draken a casa?

―Eso fue porque Baji me vio con la pierna rota y le pidió que me llevara. No es nada del otro mundo, es una persona amable.

teacher's; bajitora Donde viven las historias. Descúbrelo ahora