EXTRA

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— A ver... ¿Qué ha pasado?

— Nada...

— ¿Y por qué estás aquí con esa cara enfurruñada?

— ...

— ¿No me lo vas a decir?

— ...

— Está bien. Tómate el té tranquilo. Yo me sentaré aquí en frente y me quedaré calladita mirándote.

— ...

— ...

— ...

— ¡POR DIOS DIME QUE HA PASADO! ¡No puedes aparecer por mi casa de repente y luego no contarme el salseo! ¡EXIJO QUE ME LO CUENTES TODO AHORA MISMO!

— Baji es un idiota...

— ¿Eh?

— ...

— Osea, que se han peleado. No es nada del otro mundo hombre, a ver, dime, ¿qué es lo que ha hecho el tonto ese?

— Muchas cosas...

— Ay hijo, mira, yo no voy a pasarme la tarde interrogándote, así que; o me lo cuentas todo tú solito o me bebo una botella entera de whisky y se encarga de sonsacártelo la yuzuha borracha.

— Ah... —el maestro sabía perfectamente que no podía llevarle la contraria, o habría desastrosas consecuencias... Además, Yuzuha era muy pesada —. Está bien, ¿por dónde empiezo? 

— Por el principio.

— Vale. Creo que todo empezó esta mañana...

***********************************

Baji entraba y salía de su interior sin dejarle tiempo para respirar. En esa posición entraba hasta el fondo. Sentía que lo tragaba entero. Le veía todo el trasero, su miembro enterrándose y esa espalda arqueada ofreciéndoselo entero. Sujetó más fuerte sus caderas y aceleró. Con cada embestida kazutora se le escapaba un poco hacia delante, y no podía permitirlo... Tiró de su pelo suelto hacia atrás, ese suave y sedoso cabello con mechas rubias. Kazutora tenía la boca abierta; jadeaba y gemía a partes iguales mientras Baji se lo hacía duro, como a él le gustaba. Como a los dos les gustaba.

Desde ese ángulo era difícil verle la cara. Y quería vérsela cuando llegara el culmen de la excitación. Así que se detuvo un rato, sin sacarla, y le mordió la oreja, le besó el cuello y le mordió también el hombro antes de salir y darle la vuelta. 

Kazutora se tapaba la cara con el brazo, respiraba rápido. Y no pudo evitar deleitarse con el hermoso cuerpo que tenía delante. No se cansaría nunca de admirarlo. Pasó una mano por su pecho, acariciando los pezones y bajando por su vientre. Era suave. Cuando llegó a la ingle, kazutora se estremeció y dio un pequeño respingo. Era sensible. Baji volvió a subir para apartarle el brazo y descubrir su cara colorada por el esfuerzo y su expresión inocente. Se aproximó y lo besó tiernamente en esos carnosos labios. Era perfecto. 

Bajó de nuevo y se introdujo la erección de su amado en la boca. Kazutora se aferró con fuerza a las sábanas, tirando de ellas. Y cuando Baji aceleró el ritmo le puso las manos en la cabeza para tratar de apartarlo. Se iba a volver loco.

— Baji... estoy a punto de... 

No necesitó más. El sensei levantó la vista quitándosela de la boca. Kazutora le acarició el rostro, pasando la yema del dedo gordo sobre sus labios, y Baji cerró los ojos, le tomó la mano y besó la palma. ¿Cómo era posible querer tanto a una persona?

Baji se incorporó y volvió a meterse en su interior. Estaba más apretado que antes. Le absorbía. La metió despacio y cuando estuvo entera dentro, apoyó los brazos en la cama y abrazó y besó a Kazutora. Estaba en casa... 

teacher's; bajitora Donde viven las historias. Descúbrelo ahora