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Después de que casi los pillaran en los vestuarios, baji tuvo que esforzarse para que Kazutora lo perdonase.

Le envió mensajes, lo invitó a comer, pero al maestro no se le olvidó ese desliz hasta que uno de esos días Baji lo acompañó a casa y le susurró al oído un "lo siento mucho" con su voz más seductora.

Las orejas de kazutora se tornaron rojas tan rápido que le fue imposible ocultarlo. No podía seguir enfadado con ese hombre. Cualquier petición que le hiciera con esa voz sería aceptada, y eso era lo que más miedo le daba al maestro.

Pasaron los días. Quedaban para cenar, para ver películas y Baji se quedaba a dormir siempre que podía. Estaban juntos casi todas las noches y se despertaban juntos casi todas las mañanas.

Esos momentos con los que Kazutora había soñado tantas veces, se habían hecho realidad. Aun no se podía creer que todo eso no fuera un sueño. Era todo tan perfecto, él era tan bueno, tan guapo. Y estaban juntos.

― ¿Kazutora?

― ¿Sí?

―Me estás mirando todo embobado. ¿Te pasa algo?

―No, no... ¿Qué pasa?

―Te he preguntado que cuándo es tu cumpleaños.

―Ah, es... el viernes de la semana que viene.

― ¡Si eso es dentro de nada! ¡¿Por qué no me lo has dicho antes?!

―Te lo iba a decir...

― ¿Qué quieres hacer ese día?

―Solo quiero pasar toda la tarde y la noche contigo.

―Eso ya lo hacemos siempre, pide algo especial.

―Estar contigo es especial.

―Es especial, pero no suficiente.

―Para mí lo es.

―Vale, si no me vas a decir nada pensaré yo algo.

Se acercaba el día del cumpleaños, kazutora estaba en su descanso de la mañana cuando recibió un mensaje de yuzuha.

Llámame en cuanto puedas.

―Yuzuha, ¿querías hablar conmigo?

―Llevo semanas sin verte y eso es lo primero que me dices, menuda decepción kazu...

―Lo siento, lo siento... ¡Yuzuha! ¡Querida amiga! ¡Cuánto tiempo sin escuchar tu dulce voz! ¿Qué querías?

―Así está mucho mejor. ¿Creías que me había olvidado? ¿No pensaban invitarme a tu cumpleaños? Maldito desgraciado.

―No iba a hacer nada en especial...

― ¿¿¿CÓMO QUE NO??? Ve olvidándote de eso, el viernes se sale.

―Yuzuha yo...

―No se acepta un no por respuesta. Así que vente y tráete a ese novio tuyo, iremos a un karaoke que sé que te gustan.

― ¿Desde cuándo me gustan?

―Cuando te tomas dos copas no hay quien te quite el micro.

―Es que ya pensaba hacer algo...

―Ya me imagino en qué estabas pensando... ahora que tienes novio, pero pueden estar juntos por la tarde y al día siguiente. ¡La noche es nuestra, amigo!

―Bueno... podría estar bien.

― ¡Perfecto! Pues avisa a tu novio, que me muero de ganas por verlos cantar a dúo.

―No creo que... ¿Yuzuha...? ¿Me has colgado?

Siempre te sales con la tuya...

Esa tarde yuzuha le había estado enviando mensajes para organizar el evento. Iba a ser una buena fiesta, habían reservado ya la sala más grande del karaoke y solo quedaba avisar a la gente para que asistiera.

Al maestro le estaba resultando duro evitar que yuzuha invitara a media ciudad, pero por suerte los karaokes no son tan grandes.

Kazutora estaba dando una vuelta con Baji mientras paseaba a sus perros por el parque por donde solía salir a correr.

―Oye Baji... Sé que querías que pasásemos mi cumpleaños los dos solos pero...

―Si, lo sé, ya me ha mandado un mensaje esa amiga tuya.

―Ya veo que se me ha adelantado.

La voy a matar. Ahora Baji se enfadará conmigo...

―No me importa. Es tu cumpleaños y tienes que pasártelo en grande, y mejor si es con tus amigos. ¿Quiénes van a ir?

―Pues irán mis compañeros de trabajo, yuzuha, draken y también he invitado a Rindou.

― ¿A Rindou? ¿Por qué?

―Bueno, sé que es tu amigo y desde que salimos me ha mandado algún mensaje para que salgamos con él y siempre le dije que estábamos ocupados. Así que me siento un poco culpable por rechazarlo tanto.

―Ah...

El profesor pudo notar que a Baji no le hacía gracia que él fuera.

¡Mierda! Es verdad... Rindou había salido con Baji, y voy y ahora lo invito a mi fiesta. No me acordaba... maldita sea... ¿qué debería hacer?

―Escucha... si te molesta, le digo que no vaya.

― ¿Qué? No me molesta, es solo que... ―mierda, mierda, mierda... la he cagado ―es solo que canta fatal, nos romperá los tímpanos a todos. Y encima se pone muy pesado cuando bebe, no aguanta nada.

― ¿Seguro que es solo eso?

―Bueno, también tengo entendido que le pareces muy guapo. Si fuera él me andaría con cuidado.

― ¿Estás celoso?

―No tengo que estar celoso, confío ciegamente en ti ―esas palabras sobresaltaron a kazutora y le hicieron enrojecerse ―además, Rindou es un gran amigo y una buena persona. También confío en él.

Continuaron el paseo, a kazutora le habían conmovido sus palabras y se sentía realmente feliz. No se cansaba de pensar que era el hombre perfecto y desde que había aparecido en su vida todo brillaba mucho más.

teacher's; bajitora Donde viven las historias. Descúbrelo ahora