No había sido capaz de dormir. Las paranoias y la tristeza se apoderaron de su mente. Recorrió la casa entera revolviéndolo todo en busca de micros o cámaras ocultas.
De vez en cuando se tiraba en el suelo y lloraba pensando en imágenes de Baji siendo torturado. ¿Qué clase de cosas podrían hacerle?
Kazutora no entendía el por qué de esa situación. Eran personas normales, con vidas normales, sí que es verdad que Baji era rico y algo famoso en algunas redes sociales, pero ese tema nunca les afectó.
La pregunta de quién podría querer su infelicidad no daba con una salida de su cabeza. La única persona que se le ocurría que tenía algo en su contra era la madre de una de sus alumnas, Megumi.
Pero por el contrario, no la veía como una persona que se juntaba con gente de los bajos fondos como sicarios solo para conseguir echar un polvo.
Quizás Baji tenía enemigos de los que no le había hablado. En realidad había muchas cosas que desconocía por completo de su vida.
Solo sabía que se quedó huérfano cuando era niño, al igual que él. Y poco más. Casi no hablaban de sus pasados. Y cuando se trataba del presente poco hablaban de la gente que los rodeaba.
Si Baji tenía a alguien peligroso cerca, seguro que no se lo querría decir a kazutora solo para no preocuparle, él era así.
En un momento de inquietud, tomó su teléfono y marcó el número de la policía.
Lo dejó en la pantalla unos instantes sin darle al botón de llamada.
Esa gente parecía muy profesional, muy preparada. Si habían estado en su casa bien podrían haberle pinchado el móvil.
Si descubrían que se había puesto en contacto con la policía puede que... puede que no sirviera para nada.
¿Qué iba a hacer la policía? ¿Iban a creerle? ¿Y que harían esos hombres al enterarse?
No podía arriesgarse.
Borró el número que había marcado y tiró su móvil lejos. Se había quedado sin lágrimas que derramar. Ya solo veía su vida irse por la borda.
La mayor alegría, la luz de su existencia. Siempre se había conformado con una vida simple y tranquila. Pero Baji le había abierto los ojos a un mundo de felicidad que pensaba que solo existía en los sueños.
Durante todo el domingo no paró de recibir mensajes, eran de Baji. Volvería ese mismo día por la noche y se pasaría por allí.
Kazutora era incapaz deresponderle a los mensajes. ¿Qué iba a decirle? ¿Realmente podría dejarle sin más.
Solo tenía que cortar su relación y no le harían nada. Tan sencillo, tan complicado.
¿En qué le podría afectar su relación a alguien más? ¿A quién le perjudicaba que estuvieran juntos?
Al no responder a los mensajes, Baji lo llamó dos veces, pero era incapaz de contestarle. No podía.
Sabía que lo estaba preocupando de más, pero no sabía que le iba a decir. No pasa nada, estoy bien. Mentira. No podía mentirle de esa manera, pero cómo iba a dejarlo sin mentirle.
Aun no se le había ocurrido una forma convincente de acabar con eso sin que Baji se sintiera herido. Iba a tener que mentir, decirle que no lo quería. Eso era lo más doloroso.
La noche llegó, el peli negro aparecería por la puerta en cualquier momento. Hace muy poco pensaba en mudarse con ese hombre y ahora iba a dejarle.
Estaba siendo forzado a abandonar su felicidad, al amor de su vida. Ahora más que nunca se daba cuenta de que era él la persona con la que quería pasar el resto de su vida.
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teacher's; bajitora
Fanfiction«Desde la primera vez que lo vió no pudo quitárselo de la cabeza». ★. Adaptación de ©Newcastlevania, todos los derechos a su autora. ★. Contiene escenas +18.