O34

788 102 21
                                    

El lunes siguiente se presentó en la policía para aclarar su situación. Tan solo le dijeron que se buscara un buen abogado y asistiera al juicio. No fueron de mucha ayuda.

No sabía lo que podía llegar a pasarle si las cosas no salían bien, ¿lo meterían en la cárcel, tendría que hacer servicios comunitarios, pagar una indemnización?

Menudo problema tenía ahora. Si Baji estuviera ahí sabría qué hacer. No podía ser positivo en estos instantes, no tenía ninguna prueba de que no había hecho nada. Y era la palabra de una madre contra la suya. Eso convencería a muchos jueces.

El tema de conseguir abogado era otro problema, nunca había tenido problemas con la justicia y no sabía cómo llevar estos temas. Tampoco conocía a nadie que fuera abogado o que supiera de esas cosas.

El estrés le pasaba factura y durante esa semana perdió mucho pelo en la ducha. Sus compañeros de trabajo enseguida notaron que algo era diferente al resto de días depresivos que había tenido.

―Kazutora... ¿estás bien? ¿ha pasado algo? ―preguntó Izana.

―Tengo un problema muy gordo...

― ¿Qué ha pasado?

― ¿Te acuerdas de la noche que salimos la otra semana?

―Si, claro.

―Pues por lo que pasó con Megumi... resulta que ella me ha denunciado por acoso sexual.

― ¿Qué dices?

―Pues si...

― ¿Y qué vas a hacer?

―Tengo que ir a juicio en dos semanas...

―No puede ser... ¡Eso es injusto! ¡Tú no le hiciste nada, fue esa mujer de lengua larga!

―Ya... pero no hay nada que pueda hacer...

―Seguro que ganas el juicio hombre, ya lo verás.

―No estoy tan seguro... no tengo ninguna prueba a mi favor... Y tampoco tengo abogado todavía...

―No te preocupes, yo tengo el teléfono de un bufete en el que son muy buenos, es un poco caro pero vale la pena. Esta tarde te paso el número.

―Muchas gracias Izana, estoy un poco estresado con todo este tema y no sabía por dónde empezar.

―Tú tranquilo, tus amigos estamos aquí para apoyarte y ayudarte en lo que se pueda.

―Gracias, de verdad.

Ya tenía resuelto el tema del abogado. Esa tarde llamó para informarse y contratar a uno. Era bastante caro, se le iban a ir casi todos sus ahorros, lo bueno era que si ganaban Megumi tendría que pagar todos los gastos. Sino sería él el que le pagaría todo.

Todo estaba colgando de un hilo muy fino. No tenía nada a su favor, esta situación no tenía sentido, obviamente no había hecho nada malo. Era esa mujer la que lo había metido en todo este lío, y ¿por qué? Seguramente porque no tenía otra cosa mejor que hacer que ir por ahí llamando la atención.

Desgraciadamente hay gente que no tolera un rechazo y tienen un cerebro tan retorcido que no pueden seguir con su vida y tienen que esforzarse en arruinar la de los demás.

Los días iban pasando, uno tras otro. Se había reunido con su abogado un par de veces y eso le había dado esperanzas. Kazutora le había comentado cómo era la personalidad de Megumi y el abogado decidió que lo mejor sería contar con la presencia de sus compañeros de trabajo para que testificaran a su favor.

No todo era negro, ahora se habían vuelto las cosas un poco grises, ya que siempre estaba la incógnita de con qué artimaña aparecería aquella mujer.

teacher's; bajitora Donde viven las historias. Descúbrelo ahora