Un vampiro, un hombre lobo y una atracción que crece tan rápido como la sombra de un asesino que desgarra a sus víctimas sin piedad.
¿Te atreves a dejarte llevar?
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➤ Trilogía: Uniones.
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Estas engañando a las puertas del cielo para que no tengas que cambiar.
No eres un santo, no eres un salvador.|
Saints- Echos
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Odiaba la arrogancia de los lobos.
Aquella mirada de superioridad que dirigían hacía cualquier otra criatura de la creación que no cargaba con aquel abominable y violento gen animal en sus venas podía hacerme desear estrangularlos. Como si no tuvieran ningún valor, como si no fueran más que... un error.
Incluso para con las brujas, los lobos eran superiores. O de qué otra forma se podía explicar que cada manada tuviera su zorra con escoba dispuesta a hacer todo lo que a estos se les antojara. Fuese o no bien visto por sus dioses, no importaba. No cuando un lobo —alfa, en todo caso— lo ordenaba.
Tal vez por eso yo me alegraba al oír de sus desgracias, tal vez por ello incluso a veces las provocaba. Darian solía llamarme un imbécil sin causa gracias por esas andadas, pero él no lo entendía como yo lo hacía. Y tal vez era lo mejor, después de todo la ignorancia era la verdadera clave de la felicidad. Al menos para él.
Sin embargo no había provocado esto, no era tan imbécil. Y que Elara Haraldsen lo pensara decía mucho sobre su propia inteligencia, así como sobre la imagen que tenía sobre mí.
—Creo que deberíamos hablar de esto a solas —dije manteniendo la calma, aunque mi mirada se había congelado en ella, haciéndola víctima de todas mis fantasías en donde hacía ver a su especie como si fueran solo un montón de perros rabiosos sin correa.
Elara mantuvo el control con su típica excelencia al ser consciente de mis posibles pensamientos, debí admitir. Pero yo la conocía tan bien que aquella fachada de acero y diamante no me engañaba. Estaba pisando hielo quebradizo y lo sabía, solo que se creía tan inmortal que pensaba que podría salir ilesa.
Una dosis de realidad no le vendría mal, pero no era fanatico del público.
—Todos afuera —pidió rompiendo la conexión entre ambos.
