| Capítulo VII |

9.5K 818 173
                                    

|Odias lo que ellos te dicen que odies.

Amas cuando dicen que está bien.

Aún así no tienes nada que decir,

y ni siquiera sabes que eres un esclavo.|

Lunatics and Slaves - Sin Shake Sin

Lunatics and Slaves - Sin Shake Sin

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Las siguientes horas se sintieron como segundos

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Las siguientes horas se sintieron como segundos.

Segundos cargados de expectación, preocupación y miedo. Y como si cada tic que daba el reloj se tratara de otro clavo en un nuevo ataúd.

Una persona desaparecida, dos muertas. No solo la chica del estacionamiento, sino también un hombre a dos cuadras del campo. Ambos con la garganta desgarrada por las mordidas. Y aunque las fotos que me había mostrado Marcus, el tío paterno de Killian y jefe de la sede más cercana de cazadores, no revelaban muchas pistas debido al... daño, era más que obvio que aquello no fue hecho por algo humano.

Los animales quedaban descartados por los lobos, quienes no encontraron ninguna evidencia de su presencia en las cercanías. Tampoco en los cuerpos.

Entonces solo nos quedaba un camino que recorrer, un culpable que hallar. Y dado a la naturaleza de los recién llegados, creo que era más que obvio. Solo que ninguno de ellos dos parecía haberlo hecho, según Killian.

Lo rápido que mi primo decidió otorgarles el beneficio de la duda me había desconcertado y lo seguía haciendo, porque no lo entendía. Pero debía recordarme que Killian no era un tonto, que la mayoría del tiempo sabía lo que hacía y que, gracias a aquella lógica que lo cubría y las buenas decisiones que había tomado en tiempos pasados, yo confiaba en él como jamás confiaría en nadie. Ni siquiera en mi propio padre, ni siquiera en mi alfa.

Solo me quedaba esperar a que esta fuera una de esas veces en donde el peliblanco llevaba la razón, al menos con ellos.

Porque existían otros problemas que la lógica de mi primo no podía solucionar. Es más, Killian jamás había sido tan irracional con algo como en uno de ellos. En su mente sobrevivía aún la fantasía del destino, en la mía y en la del resto de la manada las cuestiones tangibles habían socavado cada vestigio de creencia en él. Los cuentos, leyendas y supuestas profecías no eran más que garabatos escritos por aquelarres aburridos y desdichados, brujas que querían darle un porqué emocionante a su poder, alardeando de que eran las únicas a quienes los supuestos dioses hablaban.

El Encanto del Lobo |BL| |✔️|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora