| Capítulo XVIII |

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|Me veo destrozándote en pedazos.

Chupo todo lo bueno que hay en ti.

El tiempo está haciendo tictac, mira como sopla.

Pero cuando me acerco a ti siento llamas.|

Flames - Tedy

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Killian.

Antes de que pudiera reaccionar al sonido de su voz, Oliver me tomó con la guardia baja en el momento en que me separé del mosquito y mi pómulo derecho recibió el golpe que me profirió con toda su fuerza y odio. Un quejido salió de mis labios en el momento en el que el dolor explotó en toda mi cabeza y un pitido amenazó con partirla al medio. Por unos segundos, el mundo exterior perdió todo sentido en el momento en que choqué contra el suelo.

Y cuando la bruma de la sorpresa pasó, todas mis alarmas se encendieron al mismo tiempo.

Vi al mosquito reaccionar antes de que mi hermano me amenazara con un segundo golpe. Darian hizo que el cuerpo de Oliver cayera hacía los bancos tras él, usando aquella endemoniada velocidad suya para no darle tiempo a recuperar el aliento y tomarlo del cuello. En cuestión de milisegundos, el ambiente anterior se había extinguido y ahora en el aire reinaba la sensación de que mi mundo estaba a un paso de irse a la mierda. Incluso aquella calma que me había inspirado el mosquito desapareció para convertirse en la esencia de un depredador listo para acabar de la forma más cruel y violenta con su presa. Como si una venenosa brea lo cubriera y pasara de ser el juguetón inmortal a el lado más puro y destructivo de su propia naturaleza.

Fue abrumador. Y sentí que me tomó demasiado tiempo recuperar el control sobre mi propio cuerpo.

—Tócale un solo cabello de nuevo y te romperé todos los huesos —escuché a Darian gruñir. Su voz despojada de toda diversión y sencillez, se había empañado de todo tipo de advertencias y amenazas, haciendo que un escalofrío me recorriera la espina dorsal.

Me puse de pie y miré hacía ambos. El mosquito tenía a Oliver fuertemente agarrado del cuello y, aun cuando este intentara con todas sus fuerzas liberarse, no podía moverlo ni siquiera un centímetro.

—Suéltalo —solté sosteniendo mi mandíbula, ignorando el sabor metálico de mi propia sangre.

El mosquito me miró por sobre su hombro y la imagen de aquellas venas violáceas ramificándose por su garganta hasta su mentón, más la forma en la que sus ojos se habían cubierto por completo de un bordo oscuro e inhumano, hizo que algo extraño cosquilleo en mi pecho.

Sí, me había deleitado con su lado vampírico estos días. Pero lo que había visto no se había comparado para nada con esto. A la forma en la que Darian me observó como si no todo él me reconociera, como por un momento pareció convertirme también en su presa. Parpadeó dos, tres veces mientras, despacio, mis pies se deslizaban hacía él.

El Encanto del Lobo |BL| |✔️|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora