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Anna parpadeo varias veces aún procesando lo que le acababa de decir Minho. Había oído antes del Acantilado pero, sin embargo, nunca lo había visto.

Entrecerró los ojos tratando de ver mas allá de la negrura pero no pudo. Una idea surgió en su mente como si alguien se la hubiera susurrado y sintió un pequeño temblor en su cabeza, bien pudo haber sido por el golpe que había sufrido pero se había sentido mas bien como si un recuerdo se le hubiera venido a la mente pero que lamentablemente lo hubiera vuelto a olvidar en un segundo.

Dio media vuelta y comenzó a buscar, entre los muros, en el suelo, en cada rincón, ignorando las preguntas y miradas de Minho.

Después de cinco minutos volvió al mismo lugar pero ahora en sus manos se hallaban al menos 15 piedras de diversos tamaños. Detrás de ella una carcajada seca rompió el silencio.

-No funcionará-.Minho, con las cejas, alzadas la miraba esperando a que soltara las rocas y regresara a el Área con el, teniendo un pequeña idea de lo que planeaba hacer.

-Posiblemente-respondió y voltió hacia él con una sonrisa sintiendo como un cosquilleo combinado con algo de adrenalina subía por su espalda-. Pero no perdemos nada por intentar.

Anna tomo una roca, ligera para su mano y de un color grisáceo. La miró como si así pudiera poner toda su esperanza en ella y confiar en que ella los salvaría de alguna forma. Ni siquiera sabía que esperaba que pasara, ¿que estaba buscando con lanzar una piedra al vacío? ¿Ocurriría algo? Era una idea tonta y sin ningún fin descrito o esperado pero Anna llevó la mano hacia atrás y con un poco de fuerza la llevó hacia el frente. La roca salió disparada de su mano y voló hacia la negrura, donde la chica la siguió con la vista hasta que no pudo seguirle la pista.

Bufó y Minho murmuró un "te lo dije". Agarró otra piedra y la volvió a lanzar a un lugar diferente cayendo hasta no poder verse mas. Tiro otra, y otra mas, hasta que en su mano solo quedaban 5. No había descubierto nada, y sus esperanzas estaban casi por desvanecerse.

Tomo otra piedra, de un color hueso, casi del tamaño de una pelota de golf pero mas pesada, llevo su mano hacia atrás una vez mas y la lanzó. La piedra se elevó y fue cayendo hacia la negrura mientras Anna la seguía con la vista, y en medio del trayecto desapareció.

Minho respiró pesadamente, como alguien a quien lo han sorprendido de pronto.

-¿Pero que...-Minho y Anna miraban boquiabiertos hacia el lugar donde había desaparecido la roca, tal como si hubiera atravesado un plano de agua o niebla.

-Talvez no vimos bien-dijo Anna con los pelos de la nuca erizados. Había funcionado o almenos había ocurrido algo importante, pero tenía que asegurarse antes de montar alegrías.

-Lanza otra.

Anna con la mano temblándole, agarro la piedra y la lanzó al mismo lugar.

Minho volvió a respirar pesadamente cuando la roca desapareció en medio del trayecto, justo como la anterior.

-Hemos lanzado cosas al Acantilado antes-soltó el Corredor después de unos minutos de silencio.

-Talvez no al lugar correcto-contestó Anna y un escalofrío recorrió toda su columna.

-.-.-.-.-.-

Era claro por que nunca lo habían descubierto. Minho y Anna habían recojido varias piedras mas y lanzándolas se dieron cuenta de que el cuadrado solo media unos pocos metros.

-Es bastante pequeño-se quejó Minho mientras escribía y dibujaba en su libreta las dimensiones aproximadas.

-Aun asi no sabemos de que sirv...

Anna se detuvo al escuchar un ruido. Hizo una seña a Minho y juntos permanecieron en silencio.

Track track

Era el mismo sonido que habitaba en sus pesadillas y que algunas noches la habían dejado sin aliento, despertando en medio de la madrugada sudando y tratando de volver a conciliar el sueño. Ese sonido que había oído cuando había estado sola en el Laberinto.

-Rápido, -le murmuró el chico-pégate al muro.

Anna obedeció y trato de ocultarse entre las lianas. El asiático retrocedió e hizo lo mismo en el muro opuesto.

Por el pasillo izquierdo apareció un penitente, con púas emergiendo de su cuerpo viscoso y con un aspecto repugnante. Anna contuvo la respiración y lo observo horrorizada esperando a que la criatura se diera cuenta de su presencia. Pero sus ojos se abrieron como platos-claramente sorprendida- al ver como la criatura pasaba de ellos y rodaba hasta el borde del Acantilado, donde clavó sus púas para después arrojarse hacia el abismo gris.

El penitente desapareció de la vista de los dos como si se lo hubiera tragado la oscuridad.

Los dos se quedaron en silencio por mas tiempo, Minho parecía demasiado confundido para hablar y miraba con el ceño fruncido hacia un punto en el muro, en cambio, Anna se hallaba demasiado afectada y sorprendida, y aun que trato de hablar de su garganta no salió ningún sonido.

-Creo que acabamos de descubrir de donde llegan los penitentes-dijo Minho, terminando el con el silencio.

Anna se despegó de la pared y con cautela camino hacia el borde contemplando el lugar donde las rocas y la criatura había desaparecido.

-Y por donde se van.

-Y si ellos pueden-intervino Minho-nosotros también.

-Es un poco suicida-apuntó Anna con temor.

-Lo dice quien entro al laberinto para tener una cena amistosa con los penitentes-se burló el asiático.

-Aun así ¿que se supone que es esto?¿Magia?

-No lo se-Minho negó con la cabeza-pero será mejor que salgamos de aquí. No quiero encontrarme con otro asqueroso penitente.

Minho giró, aun con la libreta en la mano, y corrió hacia el Área. Anna lo siguió no sin antes darle un último vistazo al Acantilado.

"Todo va a cambiar"

-Pausada-Everything is going to change-The Maze Runner (Newt)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora