Mʏ ʙᴇsᴛ ғʀɪᴇɴᴅ [𝐓𝐨𝐤𝐲𝐨 𝐑𝐞𝐯𝐞𝐧𝐠𝐞𝐫𝐬] {FINALIZADA}

10 - Esperando

Ya era cerca de las 8:00pm y su amiga le envió varios mensajes. Mientras tanto la castaña ya había bajado para buscar ese papel que su madre desechó antes de irse a dormir, por un lado agradecía que su hija no lo haya tomado.
Pero ahí estaba, buscando en la basura cada pedazo para juntarlos y anotar la dirección en el móvil. Quería comprobar sus dudas aunque eso destrozaria una parte de ella.

Listo todo salió por su ventana, usando una sudadera negra con esa capucha, de paso llevo unas vendas; tomo la bicicleta que ese hombre le regaló hace tiempo, su amado padre.

El lugar no se lo esperaba...

Un prostíbulo.

Trago en seco y escondio su bici para entrar sin ser vista. Agradecía el poder ser muy escurridiza, además de tener una baja estatura. Antes sujeto su cabello y apretó el pecho con las vendas..

¿Qué no era la secretaria?

No entendía porque ese lugar.

Se acercó a una se las mujeres que parecía prepararse y decidió hablar haciendo un intento voz gruesa.

— Disculpe señorita, ¿de casualidad aqui no esta un conocido llamado "Asa Hiroshi" me envió un mensaje de que lo venga a buscar —Llego a decir evitando mostrar más del rostro.

Suerte que la sudadera era un poco grande.

— Oh si, estaba con una de mis compañeras, suele venir solo por ella y hasta le dio otro trabajo fue muy amable. Deberías esperar a que termine, ¿no quieres atención mientras tanto?

Era muy amable pero se negó y antes pregunto donde está el baño. Aún le costaba creerlo pero debía verlo...

Ya sola se metió metió en un pasillo para revisar habitación por habitación sin que la noten, no había opción. Y no podía creer que este en un lugar así haciéndose pasar por un chico joven y hormonal.
La paso mal cada vez que asomaba su cabeza y veía esos adultos haciendo de sus cosas, escuchar gemidos de placer y el colchón moverse con brusquedad.

Quería vomitar.

Es joven aún, maldita sea... su inocencia ya se fue a la mismísima mierda y más mientras decía múltiples insultos en su interior.

Finalmente llegó a una habitación, tenía otras más que ver y no quería. Respiro y abrió con cuidado: el traje que vio en el suelo le pareció tan familiar.

<¿P-papá?>