Mʏ ʙᴇsᴛ ғʀɪᴇɴᴅ [𝐓𝐨𝐤𝐲𝐨 𝐑𝐞𝐯𝐞𝐧𝐠𝐞𝐫𝐬] {FINALIZADA}

12 - Extienda

Bien, después de esa dolorosa noche se volvió a casa y entro por la ventana. Curo sus heridas para luego acostarse a llorar y caer en completa oscuridad.

Eso recordaba.

Ahora acabo de despertar por el ruido de las cortinas moverse en su ventana, olvidó cerrarla anoche y tal vez el viento molestaba.
Por instinto levanto la mirada quedando en completo silencio al ver que esa azabache permanecía inmóvil con medio cuerpo dentro, solo debía hacer entrar su pierna y ya estaría dentro...

— Naoko... ¿qué haces entrando por mi ventana a las 5:00am? —pregunto desconcertada mirando su celular, que por cierto tenía cientos de mensajes de ella.

Volvió a mirarla y recibió un enorme abrazo de su parte, cosa que la sorprendió... terminando por recordar todo lo de anoche, cada maldito fragmento de lo que vio. Sus ojos comenzaron a arder, las lágrimas caían mientras correspondía el abrazo.

— El estaba con una mujer... y era el prostíbulo donde vive Draken. No puedo creer que me haya hecho eso. —murmuró sintiendo un nudo en su garganta— lo odio, Naoko...

Ese sentimiento de odio no era bueno y también fue nuevo para la azabache, se sintió nerviosa. Esperaba que su amiga no cometa ni una locura, tenía esperanzas en ello.

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Decidio faltar a la escuela esta vez y termino caminando sola en las calles, le dijo a Naoko que necesitaba estar sola unos momentos.
Su mirada cansada no era tan agradable a los ojos de otros.

— Oh, ¿____? —llamo una voz conocida.

Volteo encontrandose con dos personas, ese rubio de ojos azules y su amada novia. Inconscientemente sonrio para ocultar todo y devolver el saludo.

— Takemichi, Hina, es un gusto verlos.

Intercambiaron algunas palabras, hasta que esta pensó en hablar con ellos... necesitaba desahogarse y no quería molestar tanto a Naoko.

— Hey, ¿quieren caminar? No tengo mucho que hacer... —así forzó una sonrisa.

— Disculpanos ____, pero Hina-chan y yo pues...

— Estamos en una cita. Con esto de ToMan no fue fácil tener una cita —hablo con ternura la chica.

— Será para la próxima

Odiaba escuchar esa maldita palabra.

— No hay problema, entonces buena suerte y espero vernos la próxima.

Ahora fue ella quien siguió su camino con una sonrisa.