Capítulo 8?

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Salí a la calle para hacer la rutina de mi día a día: joder a la gente y beber cerveza de arce. Me gusta fastidiar a la gente y hacer que me odien por toda la eternidad, es más, mis métodos favoritos son poner dinamita en sus casas o trabajos que les han costado mucho o simplemente golpearles y fastidiarles hasta dejarlos al borde de la muerte. Así que mentalicé la situación y me fui directo a la calle donde más suelo hacer la vida imposible a los vecinos, la calle de los NFT.

Aquella calle es la calle donde más ingresos se generan. Además, ahí está el museo con las cabezas de GuillermoRey, SamuelSetecientosetentaisiete y unos changuitos con disfraces. Esa calle está repleta de edificios altos con ventanas cristalinas que ocupan su fachada al completo. En pocas palabras, una calle muy larga llena de rascacielos.

El sol pegaba fuerte y se veía todo muy alegre. El cielo era azul claro y los edificios brillaban su mismo color en las ventanas.

Mientras caminaba por la calle se desplegó una ráfaga de viento. Entonces algo me golpeó la cabeza. Se quedó parado en mi frente, tapándome la vista. Llevé mis cuatro brazos a la cara para quitarme el papel y cuando lo observé mejor me di cuenta de que era...

¡¡¡ODOAODOAOWDKOAKODKAODKOAWDKAODKO!!! ¡¡¡OJOOO!!! ¡¡¡¡UN CUPÓN PARA MONTAR EN DONUTSAURIO!!!!

Era el día con más suerte de mi vida; montar en Donutsaurio es muy difícil y poca gente tiene la posibilidad de hacerlo. Y si os preguntáis qué carajo es un Donutsaurio, aquí os dejo uno de los informes de César sobre los Donutsaurios (en el Palacio encontré unos libros suyos de biología):

"Buah el otro día se la puse a un Donutsaurio, pero, ¿qué es un Donutsaurio? Pues un Donutsaurio es un dónut gigante con patas a los laterales y una cola que genera sirope. Además tiene una cabeza al frente parecida a la de un cocodrilo. Es completamente marrón o bueno, color dónut. Pero ese no es el caso..."

Ignorad el principio... Pero bueno. Me dirigí corriendo y saltando de felicidad hacia el rancho Donudón, una pradera próxima a la grán montaña, donde los Donutsaurios viven.

Llegué a la puerta del lugar en unas 2.45 clases de tecnología. El rancho estaba vallado por vallas de madera y para entrar había que pasar por una caseta de madera. Entré a la caseta de entrada y le di mi pase a un pulpo que parecía ser el dueño. Este mismo me otorgó un traje especial para montar Donutsaurios y un calamar me acompañó hacia una de estas criaturas.

Fuimos poco a poco hacia uno que estaba a unos cuantos metros. Mientras caminábamos hacia él noté que había algo más que donutsaurios. Un ser de negro caminó en dirección contraria a nosotros a unos metros de distancia. Lo miré, asustado, intentando ignorarlo. Me di cuenta que no se fijó en ningún momento en mí. Pasó de largo y para cuando giré la cabeza ya no estaba. Esa amenaza que nos perseguía había olvidado nuestra presencia después del incendio... Si fue real.

Pasé todo el día en el lugar. Primero me ayudaron a subir, la verdad no tenía ni idea como. Trajeron un taburete y me dijeron que tendría que subir hacia el lomo de la bestia para entrar un poco en el agujero. Tardé lo suyo en entrar y nada más hacerlo me dieron unas correas que utilizaría para domarlo. El problema llegó cuando no me enseñaron a manejarlo sino que me dejaron ahí en medio del campo. Entonces probé a estirar de la correa y el donutsaurio aceleró y empezó a correr por la pradera.

Íbamos a una gran velocidad. Intentaba agarrarme con fuerza a las correas para no caer y salir disparado. El donutsaurio mientras tanto seguía dando vueltas por el campo.

De pronto me di cuenta que había girado y se dirigía directamente hacia un puente de rocas. Intenté pararlo lo antes posible para que no chocase con las rocas. No quería otro golpe.

Estábamos muy cerca de la roca y el donutsaurio no quería frenar. Tenía que saltar, si no, chocaría con la roca. Por qué el donutsaurio quería hacer eso?!

Entonces frenó en seco y yo casi salí disparado hacia el frente. Intenté recuperarme del golpe y vi como el donutsaurio agachaba la cabeza hacia unas plantas frutales. De pronto, abrió la boca y sacó una lengua monstruosa que absorbió los frutos en milésimas de segundo. Relamió sus labios y siguió caminando tranquilamente.

Después cambió la dirección y decidí intentar domarlo yo mismo. Estiré de las correas y el donutsaurio obedeció. Avanzó al trote mientras yo lo guiaba en los giros. Caminamos bajo el puente de rocas, donde la vegetación del rancho se destruía al contacto con la nieve de la montaña.

Y así todo el día, para arriba y para abajo con el bicho. Ya estaba anocheciendo y a lo lejos brillaba la calle de la que venía. Como el rancho iba a cerrar, el calamar vino y me ordenó bajar.

Bajé tranquilamente ya que me había lesionado 3 patas y parte del exoesqueleto. El calamar me indicó la salida con rechazo y yo salí tranquilamente. Dejé el traje en la caseta y pasé por la puertecita para salir. Continué por el camino hacia la calle de los NFT y llegué para volver a casa.

Mientras caminaba por la calle las luces iluminaban de colores la oscuridad. La gente caminaba entre gritos y cuando pasé por una multitud tropecé con una persona y caí al suelo.

Esta se disculpó sin mirarme y yo intenté recomponerme. De pronto noté que había dos personas frente a mí.

Levanté la cabeza y vi a dos chicas con traje. Una de ellas llevaba pelo corto, castaño y liso y gafas de sol, la otra tenía pelo largo con coleta, también castaño y llevaba gafas de sol. Me observaron y la del pelo corto presionó algo contra su oreja.

—Diefo Vacarrondo.—Dijo—Le tenemos JJ.

Las chicas sacaron dos pistolas y dispararon unas balas que misteriosamente no me hicieron daño. Intenté reírme de ellas mientras unas balas de goma chocaban con mis hombros. Pero de pronto, mi piel se retorció y los hombros giraron junto a las balas, caí al suelo y ellas patearon mi cabeza para dejarme inconsciente y en una oscuridad infinita.

La alucipante aventura sin sentido.zipDonde viven las historias. Descúbrelo ahora