*música épica sin copyright*

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La pregunta que muchos se hacen... ¿Por qué queréis ir al ayuntamiento de la ciudad?

Es algo complejo, aunque no estoy seguro. Me lo había explicado César y su manera de explicar las cosas es bastante deficiente. Voy a intentar hacer una explicación rápida:

A ver... Para empezar hay que mencionar un factor importante: vivimos en una especie de dictadura. Hace tiempo, LA MER subió al poder, extendiendo su poder a lo largo de toda la región. Nadie sabe si al otro lado de las montañas sigue habiendo mundo. Igual al otro lado no hay nada o solo hay una sociedad olvidada y distanciada de nosotros.

Cuando LA MER llegó, todas las leyes cambiaron, pero no solo las del estado, también las de nuestra naturaleza. El espacio tiempo fue afectado por su llegada. La gente empezaba a cambiar y las calles se distorsionaban. Los policías comunes se volvían montadores de cabras, yo no era un piojo, no había donutsaurios por los campos... Los ciudadanos intentaban mantener la calma y la sociedad empezó a reestructurarse. En pocos años ya volvíamos a tener la misma ciudad que siempre pero completamente diferente.

Nadie sabe cómo es MER. Unos piensan que es un robot asesino, otros piensan que es el universo personificado, otros piensan que es una señora de no sé cuántos años... Hay muchas teorías pero la más importante es la que perseguimos (en realidad me lo ha dicho César ahora). Se dice que si MER muere, la distorsión espacio temporal se pausará y podremos descansar de tanto caos.

Después de haberos explicado todo esto, sigamos con la historia.

Según César, quedaban veinte días para el torneo. Tuve que leerme todas las reglas y tras horas de leer los términos y condiciones pude pasar a la inscripción.

Las reglas se resumían en:

-Antes del torneo se debe conseguir el pase de entrada y se tendrá que esperar a combatir sin montar escándalo.

-Están prohibidos los golpes antes de la señal de salida.

-Está prohibido utilizar armas ajenas al material que se proveerá a los concursantes.

-Cualquier otro golpe es válido aunque está prohibido salir y poner en riesgo al público.

Había más reglas, pero se me han ido olvidando sobre la marcha. Tampoco creo que fuesen muy importantes.

Fuera de esto, tengo que aclarar que no había entrenado en mi vida. Básicamente me pasaba los días jugando a la Play. Creo que no había hecho algo productivo en décadas, iba a tener que cambiar costumbres... Buah, es que me daba una pereza... ¿Qué hacía yo metiéndome en esos ajos?

De pronto llamaron a la puerta. Decidí ignorarlo porque suponía que alguien iría a abrirla. Esperé unos segundos y volvieron a llamar. Y llamaron, y llamaron.

¡¿POR QUÉ NADIE PUTO ABRÍA?!

Me cabreé y junto a un golpe en la mesa decidí ir a abrir. Bajé las escaleras y cuando llegué al salón no quedaba gente en casa. Cómo podía haber desaparecido todo el mundo si César había hablado conmigo hace unos minutos?

Me dirigí hacia la puerta y, como en las películas, nadie mira por el agujerito para ver si es un asesino serial o no, yo tampoco lo hice. Abrí la puerta y tras ella estaba un calamar bastante grande, con una túnica con el logo de la ciudad y una gran boca vertical que separaba sus dos ojos. No me asustó verlo, pero sí que noté cierta tensión después de que estuviese veinte minutos delante mío.

Pasaron dos horas y por fin decidió hablar.

—ShaLudos DiifEo...—Decía lenta y tensamente.—UstEd ha EnvviadO su solIIcitud de U Unuion al toRneo... ¿¿¿No EsssAsi???

La alucipante aventura sin sentido.zipDonde viven las historias. Descúbrelo ahora