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Quien pensaría qué. Yo, yo lo hice, por mi cabeza pasó esa palabra.

Por mi cabeza pasan muchas cosas, es más, no lo hacen. Esas cosas se le pasan al autor. Seré el narrador, pero no soy quien escribe. Es algo raro, aquí todo es raro.

Mientras me emborrachaba tomándome hasta la jarra de cerveza nada me preocupaba. Se me olvido lo de los perros, lo del ser de negro. Solo pensaba en ella, la bella, la jugosa, la rica y deliciosa cerveza de arce. Pasaron horas, muchas horas. Estaba todo oscuro. Decidí abrir los ojos. Estaba encima de un obelisco con un cerdo. ¡¿Qué me pasaba por la cabeza ese maldito día de verano?!

Me levanté asustado. ¿Qué hacía ahí arriba? Ni siquiera me acordaba de lo que había hecho durante toda la noche. Intenté tranquilizarme.

Desde arriba se veía toda la ciudad. Edificios resplandecientes, La Torre de Pizza, el Coliseo Griego, la Tower Eiffel, las oficinas de Puerro.inc... Cuánto le echo de menos... Creo.

La fría brisa de verano me congeló la pata derecha. Me acomodé y de repente una chica gritó desde abajo.

—¡¡¡EH TÚ!!! ¡¡¡BAJA DE AHÍ ARRIBA AHORA MISMO!!!

El cerdo se asustó y salió volando. Yo decidí asomarme a ver quien era. Apenas se podía ver, tenia pelo negro y media como 1.50,1.40, nah, 1.50. Vestía de azul, con uniforme y chaleco. Aquella chica me gritaba con fuerza algo que no llegaba a entender.

Saqué mi cubo de agua y bajé sin problemas con un waterdrop. Cuando llegué abajo la pude ver mejor. Ella era una chica morena, pelo oscuro y vestía con el uniforme de policía. Nos quedamos en silencio unos segundos y de pronto me pegó un golpe en la entrepierna y mientras me retorcía de dolor en el suelo se presentó.

—Me llamo Ameki *simbolitos chinos*, como representante de toda la ciudad que soy le prohíbo estar ahí arriba supongo.

—Pe- Pe- Pero- Tu eres- Gi... —Me volvió a pegar. —¿¡PERO TU DE QUE VAS ABORTO FALLIDO!?

—De algo, supongo, xd.

Le di una ostia, aunque parece ser que ni se inmutó. Tampoco tengo una gran fuerza, como pudisteis ver, bueno, leer. Tengo que abrir las puertas con un ariete.

—Ven conmigo ahora mismo, te vas a llevar una buena cuando te veas con el juez... —Dijo seriamente mientras hacía unas poses raras, que cringe me daba.

—¿Bro? ¿Pero qué he hecho yo ahora?

—Incumplir la ley. —Me miró fríamente. No supe qué decir.

Me empujó al suelo. Me agarró y me puso unas esposas. Finalmente, se dedicó a arrastrarme por toda la ciudad.

Pasaron horas hasta que llegamos a la comisaría de policía. Entramos por la gran puerta y Ameki me dejó para entrar a su oficina. Un tío con un reverse mullet, sin camiseta montado en oso (tenía pinta de ruso), me escoltó hacia una celda. Me incitó a entrar y obedecí.

La puerta se cerró violentamente. Los barrotes eran de goma o algo así. La celda no era demasiado grande, tenía un ordenador, una camita y un cartel con una frase escrita.

Por seguridad no golpee su cabeza con las paredes o barrotes como hicieron otros.

Decidí ir al ordenador para pasar el rato. Lo encendí y nada más abrir el escritorio cliqué en el ícono del Minecraft. Cuando entré a un mundo nuevo lo primero que hice fue mirar los Fps. NO PODÍA SER... ¡¡¡60 FPS!!! ¿¡¿¡¿¡¿¡SOLO 60 FPS!?!?!?!?

No podía jugar a ese maldito juego, era horrible. Miré por el ordenador si había otros juegos, me encontré con algo muy mucho peor... Free Fire.

¡¡¡SACADME DE AQUÍ!!! ¡¡¡JODEEER!!! ¡¡¡AYUDAAA!!! ¡¡¡SACADME DE AQUÍÍÍ!!!

Mientras daba vueltas desesperado por la celda, iba encontrando fragmentos de papel por el suelo, por aburrimiento empecé a juntarlos.

Empecé con uno o dos papeles que había en mis pies. Utilicé uno de ellos para limpiarme el culo y luego seguí buscando.

Había papeles por el suelo, detrás del ordenador, bajo la cama... Poco a poco todos pasaban a estar en mis manos.

Mira, un avión! Pensé al ver un trozo de papel con forma de patata. Que divertido era ver formas en trozos de papel.

Después de unas horas logré juntar todos los papeles, escupí un poco para que se juntasen y ¡tachaaan! ¡Mágico!

Una figura estaba plasmada sobre el papel. Una puerta se representaba en el folio y debajo de la imagen estaba escrito:

Salida.png

QUE TILTEADO ESTABA POR FAVOR, ¿¡COMO QUÉ PNG!? ¡¡¡¡SI ES JPG!!!! ¡¡¡¡JODEEER!!!!

Debido a la ira destruí todo lo que había juntado. RAS RAS RAS!!! Lo deshice todo a pedazos. Cuando terminé empecé a dar cabezazos contra la pared.

Eran ya las 25:42 de la noche y nada pasaba en esa celda. Estaba todo en silencio, yo incluído, que me aburría demasiado.

Estaba rascando el suelo con una mano mientras me apoyaba en la pared. Las luces del pasillo de celdas se habían apagado automáticamente así que mi única luz era la de las farolas de la calle, que entraba por la ventana. A veces se escuchaba un coche pasar, pero muy pocas veces. También, alguna vez pasaban velociraptores, pero como antes, muy pocas veces.

Tras unos minutos escuché un pequeño golpe cercano. Había alguien en la sala. Intenté estar lo más callado posible, no sabía qué o quién era. Poco después todo volvió al silencio.

¿Había sido mi imaginación?

No. Otra vez, otro sonido retumbó en el pasillo, esta vez más cerca de mi celda. Empecé a notar mi corazón latir. Mi respiración era fuerte. Intenté averiguar qué ocurría.

Me asomé un poco pero no se podía ver nada. Probé a mirar hacia otro lado, a ver si aparecía. Como siempre dicen, si no miras irá más rápido.

Y así fue. Cuando giré la cabeza de nuevo, un ser de negro esperaba de pie en frente mío. No hacía ruido, no hacía nada. Llevaba una pistola en la mano. Su chaleco negro sobre el traje negro tenía grabado un nombre:

P.U.E.R.R.O.inc.

Nunca había tenido un ser negro tan cercano. Esta vez, este parecía ser un poco diferente. Mi rostro se reflejaba en su brillante máscara oscura. No emitía ninguna respiración. No se movía. Era como una imagen.

Mis oídos empezaron a pitar.

Fruncí el ceño intentando calmar el dolor. El ser de negro seguía parado, mirándome. Había mucha tensión en el ambiente.

Empecé a escuchar borroso. Mi visión se opacaba poco a poco.

Parpadeé.

La figura había desaparecido. Ya no había nadie. Volvía a estar solo. Mi respiración se desplomó y mi hígado bajó del pulmón. Pero de pronto empecé a escuchar pasos de nuevo. Sin tiempo a reaccionar, un guarda salió del pasillo y me dijo:

—Tira pa' fuera, te toca ver al juez.

La alucipante aventura sin sentido.zipDonde viven las historias. Descúbrelo ahora