Pov: César v2

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Se vienen cositas. Sobre todo 1735 palabras. 

Vamooooos! Ya me tocaba a mí otra vez. 15 CAPÍTULOS!!! 15 PUTOS CAPÍTULOS!!! Bueno, vamos a dar un poco de contexto de mi vida antes de seguir con la historia.

Yo era un chaval que tenía una vida normalita. Pues me iba bien, tenía mis amigos y esas cosas. En esos años yo era bastante amigo de Luz, Naiarita, Puerro, Ameki... Pero como sabréis la gente crece. Nos separamos y cada uno empezó con su vida, aún nos veíamos bastante pero llegó una época que nos separaría a todos.

Cuando M.E.R. subió al poder se hicieron también las elecciones para el representante de la ciudad. Puerro, Ameki y Naiarita se presentaron a ellas y ahí es cuando empecé mi negocio. Mi negocio entonces sólo disponía de la furgoneta y algunas substancias que compraba a vendedores baratos. Desde siempre yo tenía un alto interés por la biología, así que poco a poco empecé a fabricar mi propia mercancía.

Las selecciones finalizaron y gracias a la gran concentración de gente mi negocio prosperaba. Pero cuando Ameki subió al puesto de representante de la ciudad yo no podía seguir manteniendo relación con ella. Lo mismo pasó con Naiarita. Al final tuve que distanciarme de la ciudad. Manteniéndome en un almacén abandonado. Solo. Bueno, no del todo, tenía a Emilio y todos los bichos que habitaban en la sala animal.

Un día me enteré que mi antigua mejor amiga falleció, Leyre se llamaba. Casi no pude salir de casa, no pude despedirme de ella. Pero un día un trozo del techo se desprendió dejando que la luz solar iluminase el trono central. Por mi tristeza y culpa decidí dejar un tarro con sus pertenencias que me fue regalando durante años en mi trono, a la luz del sol.

Un día cuando rondaba por los pasillos una voz me gritaba de no se donde. Miré y miré a todos lados pero no encontraba nada, hasta que observé en mi solitario trono. Dentro del bote estaba ella. Luz, así es como nació. El alma de mi amiga se manifestó en esos objetos a base de la luz solar, y poco a poco se fue materializando hacia la realidad.

Nos encontrábamos Puerro y yo en la furgoneta, atónitos por el comportamiento de Diefo. Se fue así de repente, llevándose un orbe que ni yo tenía idea para qué servía. Aquél orbe apareció en el tarro de luz cuando la vi por primera vez. Aunque poco a poco le perdí el cariño al orbe al tener a la real.

Puerro y yo no hablamos mucho sobre Diefo a partir de entonces. Volvimos a casa sin la duda de a donde fue. Posiblemente solo se quedaría en su casa, solo, hasta que llegase el día de la fiesta. Horas más tarde decidí salir a dar un paseo. Yo solo, para pensar en mis cosas. Estaba escuchando música con mi único auricular (el otro se lo comió una mosca) cuando, caminando por un camino en mitad de la vegetación me encontré con una chica rubia, ojos verdosos/marrones/ventidos. Nada más la vi los árboles de dinero que había en la zona soltaron los billetes haciendo un curioso efecto de hojas mariposas. Me quedé fascinado ante ella. Estaba haciendo toques con los dedos con una pelota metálica. Ni me miró, pero sabía que yo estaba ahí.

-Eh tu. -Dijo la chica con una suave pero agresiva voz.- No des un paso más. No te des la vuelta. Detrás tuyo he lanzado una bomba. Así como escuchas, si te mueves, te mueres.

Estaba paralizado, no se si por la bomba o por un extraño sentimiento que surgía desde lo más profundo de mi huevo derecho. No quise girarme.

—Perdona... Pero quién eres exactamente?

—Me llamo Lola, Lola Lolita.-Respondió.- Y ahora viene la parte en la que introduzco apresuradamente un desarrollo de personaje rápido solo para tener importancia. Yo tenía una vida normal, no se si las conoces pero yo era amiga de Ameki, Naiarita y de Leyre. La última falleció, no se si lo sabrás...

La alucipante aventura sin sentido.zipDonde viven las historias. Descúbrelo ahora