Ghost of You || KazuFuyu

18. To the End

—¿Seguro que no te importa que me lleve el auto? —preguntó Kazutora, tomando las llaves del Chevrolet, que Chifuyu acababa de poner sobre el mostrador.

—No te preocupes, tomaré el metro —respondió el ojiverde, subiendo la cremallera de su jacket.

—Bueno... —dijo, resignado—. Cuídate mucho, ¿Está bien? Te amo.

Plantó un beso sobre la frente de Chifuyu, ante lo cual este sonrió, respondiéndole con un "Tú también cuídate, te quiero". Seguidamente, salió de la tienda de mascotas, en dirección al parqueo.

Ya estando solo, Chifuyu suspiró. Dio una última vuelta por el local, asegurándose de que todo estuviera en orden y volvió a la recepción. Abandonó la tienda, cerrándola con candado y se echó las llaves al bolsillo, junto a su billetera y teléfono.

Hinata lo había citado en una cafetería de Shinjuku, sin motivo aparente. Así que, aprovechando que Kazutora también tenía planes ese día, cerró la tienda temprano, para ir y pasar tiempo con su amiga.

El viaje en tren desde la estación de Shibuya hasta Shinjuku era de 25 minutos. 25 minutos que se le hicieron eternos. Intentó sacarle provecho al tiempo y revisar algo del papeleo de la tienda, también leer un capítulo del manga que tenía pendiente, pero la inmensa cantidad de gente en el vagón no le dejaba trabajar en paz, ni hacer nada en paz, ni siquiera respirar. En un momento incluso se planteó la idea de que se había vuelto claustrofóbico.

Escuchó un coro de ángeles a su alrededor cuando las puertas del metro se abrieron en la estación de Shinjuku. Salió prácticamente corriendo, desacelerando su paso cuando llegó a la superficie. A los pocos metros vio el café que Hina le había mencionado, y en el exterior estaba ella, anotando algo en una libreta.

Caminó hasta la mesa, tomando asiento en la silla desocupada frente a ella. Al notarlo, Hina lo saludó efusivamente, inclinándose hacia adelante para darle un abrazo.

—Hey, no esperaba que llegaras tan temprano —comentó ella, volviendo a sentarse.

—El tren llegó más temprano de lo que creí —rio—. Pero bueno, ¿para qué me llamaste?

—Ok, mira... —Hinata tomó una bocanada de aire antes de continuar—. Quiero que me ayudes a planear mi boda.

—¿Yo? ¿Por qué yo? —cuestionó, extrañado—. Yumi se ofreció a ayudarte, pensé que ibas a organizar todo con ella...

—Sí... Lo sé, y realmente aprecio su intención —suspiró—. Pero creo que sería mejor si tú me ayudas... Aunque si no quieres hacerlo, está completamente bien, no te estoy obligando...

—¡No, no! —Chifuyu se apresuró a decir—. Claro que me encantaría ayudarte, es solo que... No soy muy bueno planeando cosas, ya lo sabes

—Sí, quizás —Hina rio, recordando más de un plan fallido que tuvo a Chifuyu como coordinador—. Pero eres el mejor amigo de Takemichi, y también eres mi amigo. Entonces supuse que como nos conoces tan bien, no habría nadie igual de bueno para este trabajo como tú.

Negó lentamente con la cabeza, sonriendo. Finalmente, accedió: — Bien, intentaré dar mi mejor esfuerzo.

Hinata soltó un gritito de alegría, que fue interrumpido por el mesero que llegó a tomar sus órdenes. Tras anotar los pedidos en una pequeña libreta, volvió al interior de la cafetería.

—Bien, la boda es en menos de seis meses ¿Qué tenemos que hacer? —indagó Chifuyu, reclinándose sobre su silla.

—Bueno, Mitsuya se está encargando de mi vestido, así que no tenemos que preocuparnos por eso ahora mismo... —respondió Hina, poniendo su dedo índice sobre su mentón—. Y mi mamá me ayudó a escoger el salón...