La Leyenda del Norte

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Varios días después de que Ezer escapara del carruaje, el Vizconde golpea la puerta del estudio de su padre habiendo llegada a su castillo. Respira profundo y repasa las palabras que tiene pensadas para reportar su fracaso, oficialmente Boron era el directo descendiente de la cabeza de la familia y futuro gobernador de sus tierras, pero su padre seguía encargándose de los asuntos más importantes sin cedérselos a él, pero eso cambiaría en pocos meses cuando heredaría su posición con totalidad.

Tenía furia en su corazón por esto, pero en el fondo sabía que lo beneficiaba, la libertad que tenía la usaba para sus experimentos aumentando su poder y experiencia como mago, que favorecía no solo a sí mismo, sino que a su padre también quien en su vejez deseaba la prosperidad de su familia.

Abre la puerta y camina hasta el centro de la sala, toma una bocanada de aire recordando los castigos de su niñez que sufrió de su padre. El hombre que está sentado con su vista clavada en las palabras que escribía levanta la mano y le señala que se detenga mostrando su palma, dos minutos después el anciano levanta su vista permitiendo distinguir sus cabellos blancos, claramente por la vejez y no por poseer sangre Élfica, y barba del mismo tono.

Ambos, padre e hijo no se parecían en casi nada físicamente. Esto demostraba los grandes cambios que sufría un practicante de la magia oscura. Las mismas sombras que trataba de controlar, van manchándolo y modificándolo por dentro y fuera dejando, en este caso, a un joven hombre pálido y escuálido que deja notar sus huesos a través de sus pómulos, aunque esto no significaba que era débil. Esto solo servía para resaltar su misteriosa y oscura fuerza que nadie más que él mismo conocía.

A pesar de tener 69 años, la fuerza de Berner que emanaba de su cuerpo dejaban en claro que aún le quedaban muchos años por vivir. Observa a su hijo unos segundos y luego habla con una voz que resuena por cada rincón de la sala.

—Ezer Inmerlan, escapó hacia el bosque mientras eras retenido por el ataque de una manada de lobos, después de una intensa búsqueda que resulto en dos hombres heridos, no hallaste al niño. Tomaste la decisión de cancelar la búsqueda por el invierno y las bestias ¿Me equivoco? —Lo dijo sin expresiones en su rostro como si contara una historia que ocurrió hace mucho tiempo y que no tenía importancia.

Boron frunce el ceño al notar que su padre poseía un informante entre sus hombres a los cuales consideraba leales hacia él, tenía más autoridad entre sus súbditos de los que cría.

—Se lo que estás pensando ¿Crees que no confío en ti lo suficiente y necesito a alguien que te vigile? —Continúa hablando con un tono plano y carente de emociones.

En efecto, eso es lo que pensaba Boron. Antes de que pudiese responder es interrumpido nuevamente por su padre.

—La información es poder, aunque sea vigilando a tu propio hijo. Es algo que entenderás cuando tengas un verdadero heredero y no esos bastardos derivados de la lujuria. —Esta vez su tono cambia, demostrando el disgusto de que su familia no tenga un heredero asegurado.

—Seguirás buscándolo hasta que lo encuentres. — Vuelve a bajar su vista cerrando el tema.

—Padre, entiendo que ese niño posea sangre élfica, incluso me serviría para investigarlo. Pero sin eso, no es nada más que un loco inventando historias sobre visiones para llamar la atención. —Su expresión demuestra claramente su disgusto por la orden.