Despedida

59 7 0
                                    


Anuncio

Gracias por leer "La leyenda del Norte". Este libro se encuentra publicado por completo en Amazon (bajo el mismo nombre), sería de mucha ayuda que compres el libro para apoyarme.

----------------------------------------------------------------------------------------------

La habitación de Ezer estaba completamente obscura, solo el sonido de su respiración era perceptible en las tinieblas. La puerta se abre suavemente y una sombra la atraviesa, avanza con pasos apresurados con una daga en su cintura, duda unos segundos y se coloca al lado de su cama. Sus manos se acercan rápidamente a él sin que lo note.

—¡Ezer, despierta! — Su madre Laira sacude su cuerpo.

—¿Eh? ¿Madre, que sucede? — Ezer puede notar la desesperación en la voz y movimientos de su madre.

—No hay tiempo, ponte tus ropas y prepárate para salir. Nos vamos del castillo" Laira enciende unas velas y busca en la habitación apresuradamente.

—¿Por qué? ¿Qué está pasando? ¿Madre? ¿¡Madre!? — Ezer comenzaba a asustarse, jamás había visto a su madre así.

—Ese maldito Vizconde volvió. Tu padre no hico nada para detenerlo... No, yo también tengo la culpa.

El cuerpo de Ezer se congelo al escucharlo, recordar a ese hombre hizo que sus piernas comenzaran a temblar, su rostro empezó a perder color y creyó que unos oscuros ojos lo miraban por la espalda. Pero en ese momento unas cálidas y gentiles manos acariciaron sus mejillas.

—Hijo, no voy a dejar que te pase nada. — Ella lo dijo mirando directamente a sus ojos, fueron unas palabras para tranquilizar tanto a su hijo como a sí misma. —Se nos acaba el tiempo, tengo algunas personas que siguen siendo leales a mí, pero va a ser difi...

Antes de que pudiera terminar la frase la puerta de la habitación se abre.

Un hombre con cabello plateado y un bastón que soportaba casi todo su peso corporal se detiene y observa primero a Laira y luego a su hijo para volver a detenerse en ella.

—Crees que soy tan estúpido como para no saber las accionas obvias de una madre por su hijo. — El hombre es Leiner, el señor del castillo. Su rostro mostraba cansancio y parecía haber envejecido varios años más de los que en verdad tenía.

—¡También es tu hijo! — Gritó con furia Laira quien intentaba contenerse, pero fue en vano, sus emociones comenzaban a retorcerse y la desesperación predominó.

—¡Y porque es mi hijo! ¡Porque es mi hijo debe sacrificarse y salvarnos a todos! — Leiner también comenzó a elevar su voz, si su salud lo permitiese en estos momentos estaría pateando lo que encontrase en su camino.

—¡Niégate! ¡Has algo! ¿¡Que sucedió con los Inmerlan, la familia de los cabellos plateados y el ultimo linaje que todavía preserva sangre élfica!? — Los antiguos elfos tenían cabellos plateados y los Inmerlan quienes tienen sangre humana y élfica también poseen esta característica, Leiner y Ezer así como su medio hermano mayor tienen sus cabellos blanco plateado como la misma nieve que cae de los cielos.

—¡Esta al borde de desaparecer! ¡Y ese niño puede salvarla! — Su mirada se desvió a Ezer. "Escúchame hijo, tu familia puede extinguirse. Eso incluye a tu madre y hermana, pero si te vas con el Vizconde y cumples sus órdenes puedes salvarla"

Ezer estaba inmóvil, observo a su madre quien empezó a lagrimear reconociendo la realidad e impotencia, y luego a su padre.

—Y-yo lo haré... Si es por mi madre y hermana... estoy dispuesto a hacerlo. — Intentaba convencerse a sí mismo y enfrentar la realidad, pero no pudo evitar que unas lágrimas se formasen en sus ojos.

—Bien, ese es mi hijo. — No le molesto que ni siquiera no lo nombrase o tenga la intención de hacerlo por él también. —Te estaré esperando en el salón, no tardes. — Salió de la habitación dejando atrás nada más que silencio.

—Ezer... hijo...

—Madre... quiero hacerlo, por tu bien y el de Elira...— Intentaba reprimir con todas sus fuerzas el llanto. Su madre al notar su determinación lo abrasa y susurra al oído.

—Por 13 años fuiste mi hijo... y lo serás para siempre. Recuerda, sin importar la obscuridad que te encuentres avanza y atraviésala, no busques la luz... sé la luz. Guíate a ti mismo y a quien te acompañe. Recuerda que tu nombre significa luz, Eze'r en el antiguo lenguaje de los elfos. —

—Madre... — Ezer quería decir cientos de cosas a su madre, pero las expreso abrasándola aún más fuerte.

—Toma, es un regalo de mi parte y tu hermana. Úsalo solo en emergencias y cuando lo hagas, tienes que tener la determinación de hacerlo y aceptar sus consecuencias. — Su madre le entrega una daga cuya hoja es negra pura y en cuya empuñadura están grabadas las iniciales de Laira y Elira. —El mundo es cruel, y habrá momentos en el que tú también deberás serlo, pero nunca aceptes la crueldad, nunca seas la oscuridad, porque eres luz. —

—Si madre, nunca olvidaré tus palabras. — Acepta la daga limpiándose las lágrimas.

—Despídete de tu hermana.

—No, no quiero que me vea así y tampoco quiero molestar su descanso, el frio nunca le sienta bien. Dile que no me verá partir... pero si regresar.

—Bien, yo también esperaré ese día. — ella fuerza una sonrisa y acaricia el cabello de su hijo. 

La Leyenda del NorteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora