𝟏𝟕: 𝐃𝐈𝐒𝐏𝐔𝐓𝐀✔️

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Ivar.

   Briella se encontraba recostada sobre mi pecho desnudo mientras contorneaba con su dedo índice cada tatuaje y cicatriz que encontraba a su paso. Dicha posición me permitía tener una visibilidad más cercana a su rostro. La luz del fuego le proporcionaba toques dorados a su piel mientras que sus pestañas rizadas se meneaban cada vez que parpadeaba. Su cuerpo totalmente descubierto le proporcionaba una calidez al mío que nunca creí necesitar. Sus caricias eran delicadas y cariñosas. Fue entonces cuando caí en cuenta de que nunca pensé que alguien podría tratarme como lo estaba haciendo ella. Además de mi madre.

—Ahora veo que no soy el único que no puede mantener sus manos quietas —exclamé con burla.

Alzó su rostro levemente, mirándome. Una sonrisa traviesa y apenada se dibujó en la comisura de sus labios.

—Me gusta sentir tu piel bajo mis dedos —respondió—. Sentirte cerca, junto a mí.

Me asustaba mucho lo que su atención y palabras me provocaban. Briella comenzaba abrir paso a un sentimiento que no deseaba experimentar. Durante mucho tiempo creí que no podría complacer a una mujer. Estuve con tantas esclavas como pude, no obstante, con ninguna podía llegar a algo más íntimo por lo que tenía que asesinarlas para que no dijeran nada. Cuando descubrí que podía hacerlo como un hombre normal seguí acostándome con quien se me diera la gana con la diferencia de dejarlas vivas para que alardearan a mi favor. Sin embargo, no volvía a estar con la misma mujer dos veces a excepción de Sirana quien era una escudera y amiga de la infancia.

Ni mucho menos me quedaba en la posición como en la que estaba ahora mismo. Cuando mis necesidades masculinas resultaban satisfechas me iba y las dejaba como cualquier cosa insignificante. Y por eso, me aterraba abrirme con ella, decirle como me sentía y el revuelo de emociones que causaba en mi ser. Sentir algo por ella me haría ver débil y es algo que no me puedo permitir. Soy uno de los hombres más temidos y ella solo sería un punto débil en mi vida. A mi lado siempre estaría en riesgo. Así que tenía que conformarme con tenerla a mi completa disposición al seguir siendo una esclava. Briella era una prisionera de guerra, continuaba con una posición importante y por ello necesitaba tenerla cerca.

Sus dulces labios atraparon a los míos en un suave beso. Posicione una de mis manos en su mejilla atrayéndola a mí para poder disfrutar más. Nos saboreamos hasta más no poder. Mi mano viajó a su espalda dejando caricias sobre su piel, y sin romper el contacto de nuestras bocas se montó sobre mí. Gruñí al sentirla sobre mi miembro el cual comenzaba a endurecerse conforme el beso se volvía más necesitado y apasionado. Comenzó a mover suavemente su cadera creando una deliciosa fricción entre las zonas más débiles de nuestros cuerpos. Percibí su sonrisa fugaz entre nuestros labios.

Nos separamos y Briella llevo su mano directo a mi hombría introduciéndola en sí misma. Gemí cuando su interior cálido me recibió por completo. Tiró su cabeza hacia atrás y comenzó a moverse en círculos lentamente. Mis manos ansiosas atraparon sus pechos, apachurrándolos. Su mirada deseosa se clavó en la mía y relamió sus labios. Sus uñas largas se enterraron en mi pecho y eso solo logro  calentarme aún más. Sus gemidos y jadeos eran una dulce melodía para mis oídos. Me cabalgo más rápido provocando que un cúmulo de sensaciones recorriera mi ser. Estaba a punto de hacerme perder la poca cordura que me quedaba.

Se inclinó en mi dirección uniendo nuestros labios los cuales se devoraban de manera insaciable. Apreté su trasero con fuerza, haciendo que la sensación fuera más placentera para ambos. Si continuaba a ese ritmo no me faltaría mucho para llegar a mi punto más alto. Mordí sus labios con fuerza cuando la explosión de deleite llegó. Ella continuó moviéndose y segundos después sentí el sabor de su sangre en mis labios. Recobró su postura recta y observe como sus labios también estaban teñidos de su propia sangre. Me arrepentí al instante, pero los ojos me brillaron y mis pupilas se dilataron de sobremanera cuando su lengua eliminó de manera seductora aquel líquido rojo de sus labios.

𝐖𝐀𝐑 𝐎𝐅 𝐇𝐄𝐀𝐑𝐓𝐒 ༄𝑽𝒊𝒌𝒊𝒏𝒈𝒔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora