Briella.
Los adultos —ancianos para ser exactos— fueron quienes más me criticaron al mostrar mis otras habilidades. Claro que le prestaba atención a sus comentarios, pero su generación ya había pasado y los jóvenes eran el futuro así que no les tome tanta importancia. En cambio, muchas mujeres y hombres jóvenes se habían acercado a mí y al príncipe vikingo en busca de entrenamiento para poder defenderse a sí mismos y a sus seres queridos. Aunque quise dejarle toda la tarea a Björn de entrenar a los jóvenes del reino —ya que él lo había provocado— me prohibió no ser parte de su nueva tarea.
Los pendientes saturaban mis días desde que el sol salía hasta que la luna lo sustituía, sin embargo, él sabía que intentaba mantener mi mente ocupada el mayor tiempo posible y que haría espacio para una labor más sin dudarlo.
Por otro lado, las luchas cuerpo a cuerpo nunca fueron lo mío. Pedí ser entrenada con armas y así fue. Pocas veces luché contra Ubbe y era aún más agotador que sostener un arma. Debía aprender también ya que con la ausencia de un arma estaría completamente perdida. Y así fue como me convertí en el saco de carne y hueso de entrenamiento y demostración para Björn. Todas las noches volvía con heridas o moretones nuevos, pero también siendo portadora de nuevas habilidades y más satisfecha que nunca.
Sumergí un trozo de tela en el caldero que contenía agua hirviendo para eliminar los rastros de sangre seca que decoraba mi rostro.
—Hablaré con ese imprudente, no puedo seguir permitiendo que la trate de esa manera. ¡Es un salvaje! —advirtió Aldrich.
—Es parte del entrenamiento —me limité a decir.
—Solo mírese —de un solo pasó se posicionó frente a mi y su cálida mano sostuvo mi barbilla mientras sus ojos recorrían las heridas y manchas rojizas—. Cada día la deja peor, princesa.
—No hay nada de que preocuparse, las heridas sanan y los moretones desaparecen —respondí con suavidad y pizcas de orgullo.
—No es necesario que aprenda a luchar. Me tiene a mí para protegerla y me ha demostrado que usted misma puede hacerlo.
—Perdí práctica y nunca aprendí a luchar sin armas —admití.
Saqué la tela húmeda y comencé a exprimirla para quitar el exceso de agua. De manera delicada alejé mi rostro de su agarre y comencé a limpiar mi piel.
—Nunca pude siquiera imaginar lo buena que es con las armas, sobre todo con la espada. Jamás conocí a una mujer como usted... tan única. Excelente gobernante, bondadosa, inteligente, compasiva y además guerrera —declaró.
Sus palabras lograron ruborizar mis mejillas por lo que decidí mirar a otro lado para que no lo notara. A veces sus palabras y su preocupación me hacían pensar que estaba fijándose de manera sentimental en mí. Esperaba estar equivocada. Aunque el conde no pertenecía a mi círculo más íntimo lo consideraba un buen amigo y lo apreciaba.
—¿Qué tanto tuvo que vivir para aprender a defenderse así?
Mis labios se separaron para responder pero el crujido de la puerta siendo abierta me hizo cerrarlos de nuevo. Skade asomó su cabeza de manera tímida y sus ojos se ampliaron al vernos, parecía que esperaba encontrarme sola.
—Conde, princesa —saludó al mismo tiempo que ingresaba sin permiso—. Mi lord, ¿podría permitirme hablar a solas con Briella?
—Por supuesto —sonrió—. Después continuaremos con esta conversación —me miró con los ojos entrecerrados—. Mientras iré en busca de ese desgraciado.
—No lo haga si no quiere terminar peor que yo —le advertí. Alzó sus hombros y desapareció del lugar.
Seguí limpiando mi rostro y con la mano libre le hice una seña a Skade para que se acercara, ella no dudo ni un segundo en hacerlo. Su mirada seguía gacha y sus manos se sostenían sobre su falda.
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𝐖𝐀𝐑 𝐎𝐅 𝐇𝐄𝐀𝐑𝐓𝐒 ༄𝑽𝒊𝒌𝒊𝒏𝒈𝒔
FanficPodían tener el 𝒎𝒖𝒏𝒅𝒐 entre sus manos, pero desearon el 𝒂𝒎𝒐𝒓, y eso los llevo a su 𝒅𝒆𝒔𝒕𝒓𝒖𝒄𝒄𝒊𝒐́𝒏. Fecha de inicio: 8 de Junio del 2021. ACTUALIZACIONES CONSTANTES.