𝟐𝟒: 𝐄𝐒𝐓𝐑𝐄𝐋𝐋𝐀✔️

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Briella.

Por más que intenté persuadir a mi hermano de todas las maneras posibles fue en vano, incluso llegué a pedirle casarme con Björn. Le comenté que la unión entre una sajona y un vikingo sería equitativa para ambos pueblos y de esa manera me aceptarían más rápido como líder. Para él era una amenaza inminente poner a alguien con alta fama y reputación como dirigente en uno de los pueblos donde reinaba. Por ese motivo rechazó mi única petición. No me quedo más opción que aceptar unirme al Conde en matrimonio. No era un problema para mí, ya que esas nupcias serían completamente falsas.

Mi desdichado corazón le pertenecía solo a un hombre. Latía solo por y para él... por Ivar el Deshuesado.

Así que de algún modo encontraría la manera de deshacerme del Conde Aldrich en cuanto mis planes logren culminarse. Tejería mi propio destino y por eso no le temía al futuro. Había pasado por tantas cosas que mi alma estaba rota y la conciencia me recordaba a cada instante que todo era incierto. Mientras tanto, sobre la mesa yacía el desayuno listo para cuatro personas. Ubbe al fin vería la luz del sol al mismo tiempo que se pedía la asistencia de Björn y Skade en el palacio. No me parecía adecuado tratar estos temas al aire libre por lo que envié unos cuantos soldados por ellos.

Mi dedo índice seguía los bordes sobre el mapa que marcaban mis propiedades: Anglia Oriental. Las dimensiones del terreno eran muy amplias por lo cual los vikingos disfrutarían de un excelente espacio. Me sobresalté en cuanto las puertas principales se abrieron de par en par. Para ser tan temprano el sol ya estaba mostrando todo su esplendor colándose por la entrada mientras marcaba el aura de las figuras que venían en mi dirección. Doble la tela del mapa inmediatamente y me puse de pie. Cuando mis asociados estuvieron lo suficientemente cerca divisé el demacrado y golpeado rostro de Ubbe. Tenía uno de sus ojos morado y cerrado así que su cariñosa esposa lo sostenía de uno de sus brazos y lo guiaba.

—Tomen asiento, por favor —les pedí.

Skade me lanzo una mirada fría. Por supuesto que estaba molesta conmigo por permitir que su adorado esposo recibiera tremenda paliza. Hice un ademán con la cabeza indicándoles a los guardias que cerraran las puertas y nos dejaran a solas.

—¿Y bien? —demandó el rubio sin rodeos.

—Está hecho —dije sin más—, pero hay condiciones.

Ubbe se dejó caer sobre el respaldo de la silla con fastidio mientras que su hermano mayor apoyó sus brazos sobre la mesa.

—¿Cuáles? —consultó Björn de nuevo.

—Su gente podrá vivir y prosperar en mis tierras siempre y cuando sea yo quien gobierne.

—¿Qué? —el castaño se alarmó.

—No fue mi decisión, el rey lo determinó.

—Creí que las tierras serían completamente nuestras.

Mis ojos barrieron el entorno asegurándose de la ausencia de intrusos que pudieran escuchar mis palabras y usarlas en mí contra tiempo después. Me incliné hacía ellos de manera disimulada y proseguí —: Lo serán, pero necesito ser yo quien esté al mando por el primer período y después los papeles estarán al nombre de quien ustedes elijan como gobernante.

—No estoy de acuerdo, así no fue como se planeó —aludió Ubbe.

—Es el precio a pagar por prosperar Ubbe, las cosas jamás serán tan fáciles. Ustedes mejor que nadie saben que mi hermano jamás les daría algo por voluntad propia, él los detesta.

Los hermanos Ragnarsson se miraron entre sí.

—Estaré al mando, pero en los documentos legales no sólo estará mi nombre, sino también, Björn y Ubbe serán beneficiarios. Serán ustedes quienes poseerán las escrituras y si algún día quieren eliminar la evidencia en donde se declara que soy la regente pueden hacerlo y no habrá manera de comprobar que ese lugar está a mi disposición. Al fin y al cabo su pueblo ya estará más que posicionado.

𝐖𝐀𝐑 𝐎𝐅 𝐇𝐄𝐀𝐑𝐓𝐒 ༄𝑽𝒊𝒌𝒊𝒏𝒈𝒔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora