Capítulo 7: Promesas

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Ya pasaron varios años desde que Isa recibió el don, y desde entonces muchas cosas han cambiado.

El cambio más notable fue que durante estes años, nuevos miembros se incorporaron a cada familia. Por una parte María y Gonzalo tuvieron a una preciosa niña a la que nombraron Laura. La pequeña guardaba un gran parecido con su madre y al igual que su hermano mayor, una gran curiosidad por el mundo, que se sumaba a su buen corazón y el amor que tenía por su familia, incluyendo a los Madrigal.

Después Pepa y Félix tuvieron al travieso Camilo, un pequeño de cabellos rizados y un gran sentido del humor. Se pasaba el día llendo de un lado a otro y gastando bromas a quien se encontrase cerca. A pesar de sus múltiples travesuras era un niño bueno, dulce y cariñoso; disfrutaba haciendo sonreír a la gente, sobretodo a su familia.

Por último Julieta y Agustín tuvieron a la adorable Mirabel. Mirabel tenía un gran parecido a su hermana mayor Isabela, solo que su cabello era más corto y rizado. Era una niña inteligente, creativa y con un gran corazón. Hacia todo cuanto podía y más por ayudar a quien lo necesitase.

Durante esos años tanto Luisa como Camilo recibieron el don y mañana sería el turno de Mirabel.

La relación de Diego e Isabela se volvió cada vez más fuerte. Ambos se volvieron inseparables, no podían imaginar como sería su vida sin el otro. Como era de esperar ese sentimiento fue creciendo junto a ellos y eventualmente se transformaría en algo más que una profunda amistad.

Cada vez que se veían sus corazones palpitaban más rápido, sus sonrojos se hacían más notables, el tiempo que pasaban juntos era mayor y sus familias no tardaron en darse cuenta  de lo que ocurría.

Pero había un leve problema y este tenía nombre y apellidos: no era otra que Alma Madrigal. Era bien sabido que desde que sus nietos recibían el don, estes estarían condenados a servir al pueblo, hasta el fin de sus días.

Isabela no fue una excepción y el hecho de ser la mayor de los nietos sólo lo empeoró. La abuela la sometía a seguir unos estándares de perfección inhumanos, para una niña de ahora 12 años. Para Alma ella solo era una presa de la presumir y exhibir y de la que deshacerse una vez sea inútil.

Desde que recibió su talento, la abuela la obligaba a salir con Mariano Guzmán, apodado como el galán de Encanto; por lo que su tiempo libre era prácticamente inexistente, pocas veces tenía la oportunidad de ver a Diego.

Mariano era el joven más popular de todo el pueblo, tenía a casi todas las chicas a sus pies. Solía juntarse con otros chicos de su misma edad, que al igual que él, pertenecían a una familia importante. Estes chicos eran: Nicolás Gómez, Mateo Morales, Álvaro Buendía y Óscar Sánchez.

No pudo elegir peor compañía, ellos 5 compartían la misma neurona y creo que era una que estaba defectuosa. Estos chicos se dedicaban a molestar a Diego, porque? Pues porque eso es lo que hacen los tipejos como ellos, cuando alguien es superior a ellos, ridiculizarlo de las peores formas posibles.

A nuestro protagonista no le importaba mucho, en este momento estaba pasando por cosas peores; su situación familiar era un tanto inestable. Cada vez era más común que sus padres discutiesen, aunque estuviesen frente a su hermana. Las peleas no dejaban de volverse más intensas y en alguna ocasión había contacto físico. Pero por mucho que le doliera debía ser fuerte por Laura, se sentía en la obligación de protegerla. Esos chicos no dudaron en aprovecharse de la situación para burlarse. Aún así Diego se mantenía firme.

Aunque había alguien a quien si le importaba y esa era Isabela. En más de una ocasión estuvo a punto de dejarlos atados boca abajo en medio del bosque, pero Diego se lo impedía.

Entrelazados (Isabela x Male Oc)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora