Capítulo 4: Amistades

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POV Diego

Mientras los adultos charlaban en la Casa Madrigal, yo caminaba por las pequeñas calles del pueblo sin rumbo alguno.

Estaba sumido en mis pensamientos, hasta que de un momento a otro mi atención se centró en una niña de alrededor de 5 años subida a un árbol de gran altura, rogando por ayuda.
Varios habitantes trataron de ayudarla subiendo al árbol, pero era demasiado peso para la estructura.

Sin pensarlo 2 veces, subí lo más rápido que pude y en unos segundos ya estaba en la cima.

Dolores: *llorando desconsoladamente* que alguien me ayude por favor.

Diego: tranquila pequeña te sacaré de aquí OK? * tratando que se calme*

Dolores: De verdad? *solamente asentí* Gracias

Diego: no hay porque darlas, ahora con mucho cuidado dame tu manita.

Dolores asintió y se acercó lo más que pudo y cuando estaba a punto de agarrala su rama se rompe. Por suerte agarré su mano a tiempo y la atraje hacia mí como pude.

Una vez en el suelo Dolores seguia aferrada a mi y no tenía intención de soltarse.

Diego: tranquila ya estás a salvo

Dolores: *Se separa y vuelve a llorar* gracias de verdad, pasé mucho miedo ahí arriba.

Diego: ... *La abracé y la reconforte* shhh ya pasó todo, estás bien eso es lo que importa.

Dolores y yo nos separamos.

Diego: cómo te llamas peque?

Dolores: soy Dolores, Dolores Madrigal. Y tú?

Diego: bueno yo soy...

María: DIEGO!!

Nos giramos y vimos a mis padres y a los padres de Dolores junto con sus tíos y abuela.

Félix: nos enteramos de todo estáis bien niños? Dolores mi niña linda porque subiste al árbol?

Dolores: es que estaba siguiendo una mariposa y cuando me di cuenta estaba en lo alto del árbol.

Pepa: *la abraza* ayyy princesa creí que te perdíamos, promete que no lo volverás a hacer.

Dolores: lo prometo mami, aunque dale las gracias a Diego, él me salvó.

Pepa: *se separa* ya veo... *Se acerca a mí y me abraza seguida de Félix*

Félix: muchas gracias por salvar a nuestra princesa, eres un buen muchacho.

Diego: no ha sido nada, de verdad.

Esa tarde los Madrigal y los Hernández se volvieron más unidos que nunca. Nuestro pequeño protagonista y la pequeña chismosa se hicieron muy amigos desde entonces. Jugaban juntos, dibujaban juntos, leían juntos...

Solían pasar las tardes todos juntos, Diego, Dolores y Luisa, cerca de un lago detrás de Casita.

Una de esas tardes Diego se desorientó y acabo perdido en un campo de flores. El chico que era un amante de las flores y en general de la naturaleza, quedó fascinado por la gran variedad de flora, pero resultó que no estaba solo.

Bajo la sombra de unos árboles se encontraba una niña, unos meses mayor que Dolores, de piel morena, ojos color avellana, pelo negro y ondulado y un hermoso vestido rosa, esa niña no era otra que Isabela Madrigal la mayor de los nietos de la señora Alma y la hija mayor de Julieta y Agustín.

Al igual que el joven, Isabela estaba fascinada por todas las flores que la rodeaban.

Diego se acercó sigilosamente a ella y pudo ver que se encontraba leyendo un libro sobre flores, libro que anteriormente había leído. Al poco tiempo Isabela se percató de su presencia y como era de esperar, esta se asustó por su repentina aparición.

Diego: lamento haberte asustado 😅 *le extiende su mano para levantarse y ella la toma* no era mi intención, solo me dejé llevar.

Isabela: no te preocupes, estaba muy centrada en mis pensamientos, oye nunca te he visto antes te conozco?

Diego: *niegas con la cabeza* llevo unas semanas en el pueblo, soy Diego Hernández, es un placer conocerte.

Isabela: con que tú eres Diego, mi prima me habló de ti te agradezco mucho que la salvases de verdad. O por cierto yo soy Isabela.

Diego: Dolores me cuenta mucho sobre ti. Me alegro de conocerte al fin.
Ten tu libro *se lo da e Isa lo toma* oh te recomiendo la sección de flores exóticas es muy reveladora.

Isabela: *emocionada* con que a ti también te gusta la botánica.

Diego: *emocionado también* por supuesto me encantan, es agradable conocer a alguien al que también le fascinen las plantas *sonríe*

Se quedaron en el campo donde charlaron durante varias horas, sobre montones y montones de temas y descubrieron que tenían mucho en común. Después de mucho tiempo empezó a anochecer.

Diego: vaya... Parece que está empezando a anochecer, cómo vamos a llegar a casa?

Isabela: oh por eso no te preocupes, conozco bien el camino, que te parece si te quedas a dormir en Casita, nosotros avisaremos a tus padres, además seguro que a los demás les encanta la idea de hacer una pijamada, qué te parece?

Diego: ...es una gran idea

Isabela: pues vamos para allá.

Caminaron hacia Casita con mucha tranquilidad. Ese día de forma inesperada, una nueva amistad nació.
Esa tarde por corta que fuera, hizo que algo cambiase dentro de la pequeña Isa, esas horas que compartió con su nuevo amigo, hizo que se sintiera libre por una vez en mucho tiempo.

Las semanas pasaron y su relación se hizo cada vez más fuerte. En eses meses un nuevo sentimiento afloró en sus corazones, pero era tan grande su amistad que jamás pensaron que sería algo más que amistad.

Pero pronto Isa recibirá el don, el día de su cumpleaños, algo que lo cambiaría todo.



Entrelazados (Isabela x Male Oc)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora