ENFERMO
USA estuvo enfermo casi todo el mes, tan así que incluso ONU se apiadó de él y lo dejó faltar una vez más.
Por la mañana se la pasaba vomitando en el retrete y por la tarde con un increíble dolor de cabeza. Era su nueva rutina y afortunadamente, los últimos días los síntomas en la tarde desaparecieron, dejándolo sólo con nauseas matutinas.
Incluso tuvo la tentación de instalar una nueva cama en su baño para dormir ahí y sacar su cabeza cuando fuese necesario vomitar. Y es que en cuatro ocasiones no alcanzó a llegar.
No había visto a Imperio Ruso en tres semanas y comenzaba a extrañarlo. Ni siquiera se dio cuenta de lo bien que se la pasaba a su lado hasta ese día.
Su vientre le dolió y tuvo la tentación de golpearse pero se aguantó al ver que sólo se haría más daño así.
Amor y paz.
Él era un ser de luz y no podía exaltarse así de fácil.
―¿América?
Oh, no. Era Imperio Ruso.
Si USA hubiese tenido las ganas suficientes se habría hecho bolita entre las sábanas y arrastrado bajo la cama para ocultarse de mayor. Si, quería verlo, pero no quería que él lo viera y mucho menos en su estado tan lamentable.
Quiso decirle que se fuera y volviera en dos horas... o cuatro. Ese sería el tiempo perfecto para arreglarse con su malestar.
En los primeros días realmente se arregló como antes de sus malestares, pero después de eso sólo se obligaba a meterse a la bañera y a no ahogarse ahí.
Miró a su alrededor, examinando su habitación y se dio palmaditas en la espalda mentalmente. Estaba limpio. O lo suficiente como para no asustar a su invitado.
―¿Quién te dejó entrar? ¿Y Cani?―preguntó cubriéndose con la sábana. Se sentía sucio pese a que esa misma mañana se dio una ducha. También aseguraba que había subido de peso.
Se sentía como una mujer en su periodo: hinchado y dolorido.
―Se fue hace unos minutos. ―Se sentó en la esquina de la cama con una cara de ternura al ver al rubio de esa forma.
―¿Cuándo llegaste?
―Hace una hora―dijo― pero me entretuve hablando con tu hermano.
USA entrecerró los ojos.
―Entonces ve y sigue hablando con él.
―Ooh, vamos, no te enceles.
―¿Quién está celoso?
Vio el cuerpo de su acompañante y no pudo evitar que indecorosos pensamientos cruzaran por su cabeza. Podría estar muriendo pero seguía siendo un hombre.
Bueno... si Imperio ya estaba ahí, bien podría...
―Tengamos sexo ―Pidió con un sonrojo en las mejillas.
La mandíbula del zarista cayó.
―¡¿Qué demonios te pasa?!―gritó―¡Canadá me dijo que estabas muriendo!
USA se encogió de hombros.
―Siempre que me siento mal es tu culpa ¿quién dice que esto no?
―¿Qué demonios...?
―Me pegaste el SIDA. ―Hizo un puchero―. Ahora me coges o te vas de mi casa
―América―rio―. Ya estás delirando, mejor duerme.
―No hasta que tengamos sexo. ―Se cruzó de brazos.
―¡Así es como supuestamente te metiste en este problema!―picó su frente―. No.
―Pero, Zarist... ―agachó la cabeza y la apoyó en el hombro del mayor―. Hazlo, ¿si?
―No.
―Por fis.
―No.
―Entonces vete, ya no te quiero.
―América, ¿qué demonios te pasa?―lo tomó de la barbilla para verlo a los ojos. Se veía cansado.
―No sé. ―Se soltó y cayó sobre la cama, de lado―. Me siento mal.
―¿Quieres que le llame a OMS para que venga a verte?―preguntó al colocar su mano sobre al frente del rubio y notar que no tenía fiebre.
―No, gracias. ―Acomodó de vuelta la cobija sobre su cuerpo y tuvo nauseas.
―¿Seguro?― se puso de pie y caminó hasta ponerse de cuclillas frente al menor.
USA asintió.
―Una vez me dijiste que tener sexo hace que te sientas mejor. ―USA remarcó.
―Ignora a mi yo caliente. ―Dijo―. Nunca le hagas caso a mi yo caliente.
USA rio.
―¿Te quedas conmigo esta noche?―pidió.
El eslavo asintió antes de empujar un poco al rubio para hacerse un espacio en la cama y abrazarlo. Pasó las manos sobre su cintura y acarició el área mientras USA respiraba en su pecho.
―No me abraces. ―Pidió USA―. No quiero vomitarte.
―Está bien. ―Imperio besó su frente―. Estoy aquí, no me molesta.
USA sonrió. ―Si tú dices.
Iba a poner todo más hot, pero dije : nah. USA iba a vomitarle a Imperio si lo hacian.
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|| Пламя || Imperio Ruso x USA || 30 Días OTP ||
FanfictionEllos no son los mejores amigos. Hay cierta tensión entre ambos. Era más probable que se ataran si estaban solos en una habitación, Pero cuando Imperio Ruso y Estados Unidos pasan una noche juntos, toda su fachada de enemigos se cae.