Ellos no son los mejores amigos.
Hay cierta tensión entre ambos.
Era más probable que se ataran si estaban solos en una habitación,
Pero cuando Imperio Ruso y Estados Unidos pasan una noche juntos, toda su fachada de enemigos se cae.
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Con vendas
USA nunca creyó que tendría este tipo de gustos. En un primer momento, cuando Imperio se lo dijo, no pudo evitar asustarse un poco pero también estar intrigado. Así que pese a que en un primer momento le dijo que no tendrían sexo mientras usaba una venda en los ojos, al final terminó accediendo.
Y ahora estaba tendido en una cama, vestido apenas con una bata de seda blanca (que por cierto, estaba abierta) y con ambas manos sobre su cabeza, siendo retenidas por un par de esposas contra la cabecera. No podía ver nada y sus sentidos estaban a flor de piel.
La habitación estaba fría y podía escuchar las pisadas del ruso contra el suelo. Imperio estaba buscando algo entre cajas según lo que podía escuchar. Movía cosas, abría bolsas y luego las cerraba. Lo escuchó destapar una botella y luego hubo un largo silencio que lo inquietó.
Agitó los pies contra la cama hasta que una mano lo agarró por el muslo derecho para levantarlo. Sus piernas temblaron al sentir la húmeda lengua del ruso en su abdomen y jadeó por lo bajo.
Se aferró a las esposas, empujándose hacía ellas inconscientemente. Imperio lo sostuvo por la cintura, manteniéndolo en el mismo lugar. Sopló en su ombligo y se volvió a alejar.
Sintió que el colchón de la cama se hundía al mismo tiempo que algo era dejado ahí.
Las largas manos del mayor se pasearon por los costados de su cuerpo, delineando las pocas curvas que tenía. Apretujó sus muslos antes de volver a sentir al mayor entre sus estos.
Ninguno había dicho ninguna palabra para ese punto, pero no importaba.
Imperio dejó un beso en el interior de cada pierna, deteniéndose en la derecha y empezando a hacer un recorrido con su lengua hasta que llegó a un par de centímetros de su parte intima y se alejó entre los reclamos del rubio.
―Ssh―presionó un dedo contra su boca.
USA chupó el dedo, saboreandolo y chupándolo como una paleta hasta que el otro lo sacó y lo pasó por todo su pecho, extendiendo el hilo de saliva que quedó sobre este.
Imperio rebuscó algo a un lado de la cama, volvió a bajar hasta que su cabeza estuvo sobre su abdomen. Besó su pancita mientras su mano derecha bajaba hasta su trasero y restregaba un pequeño objeto delgado. USA apostaba a que la cosa no era más ancha que un dedo suyo.
Empujó la cadera hacía arriba cuando la cosita entró y empezó a vibrar.
Tenía razón, eso era muy delgado, pero era largo y daba grandes oleadas de placer.
Escuchó al mayor ponerse de pie y empezar a desvestirse. Los pantalones cayeron en un seco golpe, la camisa fue retirada y lanzada a algún lugar de la habitación.
Y entonces, por accidente, USA se movió en un ángulo equivocado, ocasionando que el juguete se moviera y tocará aquel lugar, haciéndolo soltar un fuerte gemido que atrajo la atención del pelinegro sobre él.
Escuchó su risa y lo único que pudo hacer fue aferrarse a la cabecera con más fuerza.
Imperio se acercó y palmeó su brazo izquierdo.
―Andale, sigue moviéndote.
―Cállate.
USA arqueó su espalda justo en el momento en que el mayor se acomodó entre sus piernas
―Noticia de última hora, Ame―dijo―Prusia no nos hará el honor de estar en nuestro trío porque su novio se pondrá de malas.
―¿Novio?―jadeó
Escuchó el sonido de una botella abrirse y luego el olor del mango llegó a él. Debía ser el lubricante. Hubo un bajo gruñido que supuso fue del ruso al colocarlo sobre su miembro.
―Si―ingresó su miembro lentamente. Soltó un bajo gemido al sentir igual las vibraciones del juguete sobre su miembro―. Nunca creí que llegaría a ser cuñado de él.
―¿Qué quieres decir?―movió su cabeza de lado a lado.
―Siempre supe que él y Canadá tenían cierta tensión sexual sin resolver.
Y el grito de indignación que el estadounidense estuvo por dar al escuchar semejante noticia terminó siendo sustituido por uno de placer cuando Imperio empezó a moverse sobre su cuerpo sin cuidado alguno.
¡Ese era el peor momento para enterarse de que Canadá y Prusia salían!
¿Canadá no salía con alguien más? ¿Qué se perdió?
El ruso pasó la lengua por el cuello del hombre una siguiendo con los fuertes golpes.
Bajó hasta el rostro del rubio y lo sostuvo en una mano para compartir un beso.
Sintió su cálido interior apretarlo más con cada embestida al mismo tiempo que el juguete les daba más placer.
Su celular sonó a un lado de la cama, pero lo ignoró.
Juntó su lengua con la del menor y afianzó su agarre por su espalda.
La llamada acabó, pero inmediatamente volvió a sonar.
―Oh, maldita sea ¡contesta la jodida llamada!―exigió el de ojos azules, pero el mayor lo ignoró.
Sin embargo, el celular volvió a hacer lo mismo, hartando al rubio, quien tanteó hasta el teléfono y lo tomó para contestar.
―Apúrate a hablar―dijo sin importarle quien fuera la otra persona.
―¿América?―era URSS―¡Qué asco! ¡Mejor vístanse que estoy en la puerta!
Imperio Ruso puso los ojos en blanco sintiendo como su excitación disminuía de forma casi inmediata al igual que la de su amante.
―Bueno―dijo él―que las buenas costumbres de interrumpirnos no se olviden.
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