Ellos no son los mejores amigos.
Hay cierta tensión entre ambos.
Era más probable que se ataran si estaban solos en una habitación,
Pero cuando Imperio Ruso y Estados Unidos pasan una noche juntos, toda su fachada de enemigos se cae.
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Jugueteo en el pasillo
Imperio Ruso empujó a USA contra la pared de las oficinas de ONU, metiendo su mano dentro de su camisa para acariciar su abdomen y sacarle un gemido cuando comenzó a besar su cuello.
Todas las representaciones seguían en la junta, pero el estadounidense tuvo que salir de repente al recibir un mensaje por parte del eslavo que le pedía que fuera con él. ¿Quién diría que lo terminó engañando para poder tocarlo?
―E- espera―empujó suavemente sus hombros hacia atrás―. Las cámaras, alguien nos puede ver.
―Entonces que vean. ―Tomó su pierna derecha y lo obligó a enredarla en su cintura―. Sólo necesito que...
―N-no, aquí no.
A ese punto de su vida, el rubio aceptó que no tenía sentido resistirse ante la tentación que era Imperio Ruso. No habían tenido sexo después de su primera vez juntos, pero los toqueteos y caricias eran suficientes para calentarlos, así que USA llegó a una conclusión internamente: era sólo para su satisfacción y la del ruso.
Imperio bajó la pierna del rubio y metió la suya entre ambas, permitiéndole tener un lugar para apoyarse.
Siguió besando su cuello, llegando hasta sus mejillas, dejando un suave beso sobre sus labios sin detenerse mucho tiempo ahí.
USA empezó a mover sus caderas de adelante hacia atrás, restregándose contra la pierna del mayor, buscando su propio placer.
Imperio dio un vistazo de reojo al reloj en la pared. Faltaban un par de minutos para que diera la hora de salida de la reunión. Tenían que apurarse.
Cuando el rubio comenzó a gemir de forma suave, el eslavo junto sus bocas para callar esos dulces sonidos. No quería que nadie más los escuchara. USA intentó meter su mano dentro de los pantalones del ruso para que disfrutara de eso tanto como él.
―¿Te has acostado con Rusia?―preguntó de repente, rompiendo el aura tan intima que habían formado.
USA alentó de a poco sus movimientos hasta que paró por completo.
―¿Qué?―relamió sus labios y levantó la cara para verlo a los ojos. Entrecerró los ojos―. ¿Por qué preguntas? ¿Qué te interesa?
Imperio Ruso miró la pared. ―Sólo quiero saber.
―No debería importarte.
―Eso es un si ¿verdad?―rio y se tragó una maldición.
―Si... algo así. ―Bajó la cara y mordió su labio inferior sintiendo una enorme picazón en los ojos al recordarlo.
―¿Cómo que algo así?―bajó su pierna.
No tenía que estar celoso, no eran nada. Lo de Rusia fue antes, pero... ¿por qué le molestaba? ¿Era por qué era su familia?
―No importa. ―Acomodó su camisa e hizo su cabello hacia atrás. Todo su deseo por el mayor se había ido.
―América... ―llamó al ver sus intenciones de irse―... ¿Rusia...? Olvídalo.
El estadounidense esquivó su mirada en todo momento. Cerró el abrigo sobre su cuerpo, queriendo cubrir cualquier rastro de lo que sea que el eslavo hizo con él momentos atrás.
―Lamento haberte incomodado. ―Intentó tomar su mano.
USA negó y le dio una media sonrisa antes de irse.
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Esto quedó muy corto -irse a llorar a una esquina-
¿Les conté que me gusta contar historias aunque sean días OTP?
