Capítulo 8: Pedazos del corazón.

486 33 29
                                    

Cuando sientes que cada día lloras por su nombre, que en las noches eres oscuridad, vives pidiéndole a la vida una sola oportunidad de regresar el tiempo, de volver al pasado para quedarse ahí por siempre, creyendo que ya no hay un futuro juntos. Pero un día te das cuenta que si enfrentas el pasado, en el presente, se construirá un futuro donde de pronto todo cambia para renacer, ya no habrá más tiempo en soledad, no se sentirá la angustia, la desesperación de un corazón roto que solo vive para extrañar. Te aferras a una verdad única y conjunta, donde dos almas se abrazan para consolidar su máximo sueño de vida.
Entonces respiras, sientes que estás vivo para un nuevo comienzo, para una nueva y mejor realidad. Renuncias al orgullo para vivir la lealtad y honestidad de tus sentimientos, te dedicas simplemente hacer lo que querías desde un inicio amar y sentirse amada como nunca lo imaginaste... Mientras no existe un fin, solo un principio infinito de AMOR.

***

Estuvimos un rato más abrazados, curando nuestra alma, reiniciando nuestra vida, hasta que se separó un poco de mí y limpié sus lágrimas con mis pulgares, a mi toque cerró los ojos y suspiro.

"Perdón Lety. Yo no... No quería despertarla." Me dijo desviando la mirada y se alejó por completo.

"No sé preocupe yo no podía dormir." Sonreí levemente y agaché mi mirada.

"Se siente mal Lety ¿Le pasa algo?" Levanto mi rostro, y nuestras miradas se cruzaron con la mayor intensidad.

"No fue nada, solo un mal sueño." Me alcé de hombros queriendo desviar el tema.

"¿Quiere contarmelo?" Pregunto sobando mis hombros como dándole calor a mi cuerpo en esta noche fría.

"No." Suspiré. "No vale la pena." Reí. "Mejor porque no me dice que hacía aquí ¿Porque estaba llorando Don Fernando?" Acaricié su mejilla suavemente. "¿Se siente mal? ¿Le duele algo?" Pregunté preocupada. Tal vez estaba enfermo y yo no me había dado cuenta.

"Sí." Dijo cerrando los ojos. "Y duele mucho Lety." Limpio nuevamente sus lágrimas, esas que parecía no tenían fin, nunca había visto a Don Fernando de ese modo y destrozaba mi vida entera, verlo de esa forma, de esa manera.

"Pero que le duele ¿Quiere que llame al doctor del hotel?" Me acerqué a él tomando su mano.

"Dudo mucho que un doctor tenga la cura del alma Lety." Suspiró. "Lo que yo tengo es más profundo." Guardó silencio por un instante. "Tan profundo que ni la muerte lo podría curar. Sin embargo, sé que lo merezco y que esto que vivo es mi culpa." Se dejó caer en una silla que había delante de una mesa, y miró al cielo como buscando una respuesta, la misma que yo buscaba todas las noches.

Lentamente me acerqué y me senté en la mesa frente a él, tomé sus manos. "Don Fernando, ningún dolor, ninguna culpa puede ser tan grande para que el tiempo, las palabras y sobre todo el amor no puedan curar."

"¿Usted cree Lety? Yo ya perdí la fe, ya pasó el tiempo y la culpa sigue latente, intenté pedir perdón con mis palabras y el amor solo crece, entre más crece más proporcional es el dolor." Intento sonreír, digo intento porque el dolor en su rostro era evidente.

"Pero cree que ese dolor valga tanto la pena para seguir sufriendo." Mi tic antes que cualquier cosa se manifestó indicando que mis nervios estaban más firmes que nunca.

"Por supuesto que sí Lety." Ahora sí sonrió. "Porque así como crece mi dolor por las estupideces que hice en el pasado. También aumenta mi amor por usted y ese mi querida Leticia siempre valdrá la pena. Usted es lo único que vale la pena para mí vida." Me iba a soltar de sus manos pero lo impidió. "Yo sé que no me quiere escuchar Lety, lo sé pero necesito decirle mi verdad." Su mirada era suplicante. "Una que debe conocer para entender las dos partes, porque así como a mí me gustaría contarle lo mío. No sabe cómo me encantaría que usted también me hablara, me enfrentará y me dijera lo mucho que me odia." Agachó la mirada. "Sólo así podremos seguir adelante."

La Fea Más Bella: Por siempre mi amor.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora