La Fea Más Bella: Por siempre mi amor.

Capítulos 36: Eres mi religión.

La noche de bodas es quizás el momentos más emocionantes para nosotros y estoy segura que para todos los recién casados, es el inicio de la vida conyugal, darle paso a la vida en pareja, después de todo el estrés por los preparativos, los nervios de la fiesta, la emoción del gran día; estoy esperando con ansias ese momento, donde nuestras almas se encuentren en esta nueva etapa de nuestras vidas, porque estoy segura que será una experiencia completamente diferente, unirnos en la intimidad siempre es magia y se que hoy esas chispas de amor serán de un gran enardecimiento, un fuego que no se apaga que jamás se apagará al contrario cada segundo surge con más fuerza pues esto que sentimos los dos es la cima del éxtasis.
Amarnos de la cabeza a los pies, como la primera vez, amarnos con todos los sentidos, latido tras latido, desde el fondo de nuestro corazón. Te amo y nos amaremos aún más que nunca, como siempre.

"El encuentro más íntimo no es el sexual, la verdadera intimidad se da entre dos personas que vencen el miedo a mostrarse tal cual son."

Para mí pedacito de cielo:

Estas en nuestros mejores momentos, te amamos tanto y te esperamos con todas las ansias del mundo, estamos tan enamorados de tí, te queremos con toda el alma, estamos ansiosos por tenerte cerca, que nos acompañes a todos lados y vivir por ti y para ti cómo hasta el día de hoy lo hemos hecho.

"Cada día que pasa es un día menos para conocerte. Te amo por siempre mi amor."

***

La noche era mágica, es que no tenía otra palabra para describirla, todo había salido mejor de lo planeado, mi boda el momento que jamás olvidaré y que recordaré siempre, las fotos, el vídeo podré verlos después pero mi memoria fotográfica guardo todo aquello que en papel no podré notar. No hay nada mejor que lo que hoy vivo. Soy la mujer más afortunada de este universo llamado vida.

"Mi amor." Se acercó sonriendo y me abrazó. "No cree señora Mendiola que es momento de irnos." Beso el lóbulo de mi oreja y me estremecí.

Suspire. "Si mi amor estoy de acuerdo contigo. ¡Jijijiji!" Reí de nervios, de una gran emoción. "Es hora de irnos, necesito estar a tu lado." Sonreí.

"¡Te necesito tanto mi amor!" Beso mis labios. "Más que nunca, más que siempre." Tomó mi mano, me levanté y sin decir nada a nadie empezamos a caminar por ese hermoso lugar la brisa de la noche me envolvía, la luminosidad de la luna reflejada en su mirada era aún más hermosa, nuestro cielo pletórico rodeado de estrellas las sentía alcanzables, estaban a mis pies y podía tocarlas con mis manos, como ansiaban rozar su piel con la mía. La naturaleza me rodeaba con estos árboles para darme ese oxígeno que solo él me da para seguir viviendo.

"Fernando." Lo detuve. "La cabaña no está por aquí."

"Es que no iremos a la cabaña." Rió divertido.

"¿Cómo?" Pregunté intrigada.

"Mi amor, confía en mí sí." Sonrió y besó mi mejilla, solo me aferre a su brazo y seguí su camino porque ese era mi más grande destino.

Unos minutos más caminando y llegamos a un lugar que no había visto en este hermoso bosque, había aún más árboles de los que se observaba, estaba decorados con algunos focos entre ellos, un camino de rosas blancas y velas se visualizó ante mis ojos, en medio de toda esa naturaleza estaba una manta, con almohadas, dos troncos para sentarse una mesa también simulada con un tronco, dónde había una charola con fruta, chocolate, galletas y una variedad de quesos, dos copas, jugo de uva.