Capítulo 16: Una confusión.

364 25 24
                                    

Si no ordenamos nuestras ideas con claridad, nos equivocamos por no entender y utilizamos el desorden para revolver aún más las cosas. Cuando tenemos una mezcla de celos, dolor, orgullo, necedad, lo que deberíamos de hacer es no seguir actuando, porque harás cosas que solo lastiman la relación, que lo hunden cada vez más. Un corazón es tan noble y puro que soporta todo por amor, pero también se cansa, sufre, deja de latir con fuerza, disminuye para volverse inmune a la desesperación, angustia, aflicción, tristeza y zozobra del desconsuelo. Y no sabes cuándo llegara esa tranquilidad, bueno si la sabes, pero ya no lo buscas, no te paras a pensar en encontrar una solución para la paz, alegría y bendición que te trae el amor, solo sigues fluyendo entre aguas caudalosas que te arrastran a la indiferencia, a la masacre de tu miedo y tu penumbra, esa pena que no tiene consuelo, solo una tortura que te mata cada segundo un poquito más, una tormenta que cae como recuerdos que atormentan, dejan cicatrices como si fueran espinas en esta terrible soledad.

***

Después de que se fue Paula María me fue imposible concentrarme, a mi mente llegaban todas las preguntas habidas y por haber ¿Seguirán dando el tour en la empresa? ¿De qué estarán hablando? ¿Qué haría Fernando con ella cuando yo me vine a México? ¿Saldrían a esa cita que Karla tanto le pidió? ¿Le enseñará las noches de México? ¿Si dice que son mejores que las de Nueva York? Las disfrutaron juntos. ¿Desorganizar su vida?. "Una triple mamita", pues si es muy bella. ¡Ay Leticia Padilla Solís! Te vas a volver loca. Ya ni escribir en mi diario me estaba sirviendo, quería ir a ver dónde estaban, pero no se vería muy obvio. ¡Don Fernando! Algún día me pagarás toda esta angustia. Por qué eres ¡Tan terco! ¡Tan orgulloso! Tan, tan, tan divino. ¡Ash! Te mato si haces una estupidez Mendiola, lo amo y lo odio en estos momentos. Estaba sumamente desesperada hasta que ví a mi mejor amigo entrando por la puerta como un sonámbulo, perplejo como si hubiera visto a Dios o al mismísimo Demonio.

"Tomás, Tomás." Decía y él solo caminaba para atrás hasta que se golpeó en la silla. "Tomás." Grité.

"Lety." Se sentó en la silla de un saltó.

"¿Qué te pasa Tomás?" Me quede viendo intrigada, ¿estará enfermo?

"Es que Lety, u-una, una a-a-aparición." Tartamudeo. "Una aparición divina en esta empresa." Volver a decir, señalando para la puerta. "Hace rato pasó por allá."

"A ver ahora qué hizo tu chica, que pasó con tu chiquita." Suspiré abatida es que Tomás estaba obsesionado con la Ferreira.

"No era mi chica Lety." Movió las manos para tratar de explicarse. "Era Dios, iba con Fernando Mandiola, una mujer hermosa muy bonita." ¡Ash! También Tomás se pondrá así con la neoyorquina Santibáñez.

"Pues más o menos, así que tú digas ¡wow que bonita!" Malditos celos me estaban matando.

Mi amigo volteó a verme y supo exactamente lo que me pasaba. "No Lety no era muy linda, además tal vez era como tontita. Si eso." Sonrió y en el fondo agradecí tener a mi lado a Tomás, en estos momentos.

"No creo porque dicen que es una gran ejecutiva." Me crucé de brazos y me recargue en la silla.

"Bueno a lo mejor tiene los pies fríos o ronca mucho." En otros momentos, este comentario me habría hecho reír hoy NO estaba enojada, muy enojada.

"Roncar no es un defecto." Le dije moviendo el dedo para marcar más mis palabras. Él negó con la cabeza. "¿Qué?" Alcé un poco la voz. "Ahora ¿Qué?"

La Fea Más Bella: Por siempre mi amor.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora