Capítulo 11: Darle un sentido a la vida.

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Apenas unas horas sin verlo y siento tanto su ausencia, quisiera que este avión diera la vuelta y regresará con él. Pero a pesar de que lo extraño, que lo necesito más que nunca, más que siempre y siento tanto su falta, estoy tan feliz y emocionada.
Es que no puedo creer que Fernando y yo estemos juntos después de todos los malos entendidos que sucedieron entre nosotros. Que hoy se, que NO todo lo que pensaba y como lo sentía era verdad.
Él también sufrió mucho en este tiempo, pero sé que está tan feliz como yo. Compartimos muchas cosas en este viaje, pero lo que fue más bonito y mágico, es recuperar la confianza en él.
Creerle con los ojos cerrados, meter mis manos en el fuego por su amor, un amor tan real, tan sincero e incondicional. Me mostró otra parte de él que no conocía y que adoré, su seguridad para enfrentar la verdad, el reconocer errores y aceptarlos, para de ahí empezar un nuevo camino. Dios mío estoy segura que cada día lo ame más y este tiempo que esté sin Fernando serán eternos, pero como dice él: "diez días por una vida entera."
Por supuesto que vale la pena.
Dejó huellas en mi piel que son imposibles de borrar, hizo recuerdos en mi memoria que no olvidaré jamás, pero sobre todo lleno con palabras únicas mi corazón devolviéndole la ilusión del amor. Por él soy capaz de dar la vida, ahora entiendo que él también lo haría por mi.
Estaba equivocada Fernando Mendiola si es capaz de brindar un amor eterno porque lo siente a mi lado y lo estamos viviendo juntos. "Te elegiría a tí una y mil veces las necesarias para amarte una eternidad." ¡Mi Dios es que es tan Divino!
Lo amo, lo amo, lo amo.
Por siempre mi amor es, fue y será.
Mi Don Fernando.

***

Cuatro horas con veinticinco minutos después estaba en el aeropuerto internacional de la ciudad de México a las 8:00 de Nueva York tomé mi vuelo se supone que haya eran casi la una de la madrugada, suspiré con nostalgia ahorita estuviera en los brazos de mi Don Fernando perdiéndome entre los dulces besos de nuestro amor. Pero no estaba esperando a mis padres a las 10:30 de la noche con un sueño terrible. Necesitaba mi almohada de Nueva York, si el pecho de mi Fernando para descansar realmente. Sonreí al acordarme de él e inmediatamente tomé mi celular para mandarle un mensaje mientras caminaba por mi maleta.

Para: Amor:
Fernando hace unos minutos aterricé en la ciudad de México y no tienes idea cómo se siente sola esta ciudad sin tí. El vuelo fue tranquilo y puedo decirte que ya no tengo tanto miedo a los vuelos. Aclaro ¡Tanto! Todavía lo tengo mi amor pero pensando en tí es menor. ¡Jijijiji! Te mando un beso de buenas noches y un abrazo fuerte de dulces sueños... Te ama y te extraña infinitamente. Tu Lety.

Sonreí para la pantalla y tomé mi maleta seguro mis padres ya estaban esperándome así que empecé a caminar entre la gente cuando sentí mi celular vibrar, me detuve, así como mi corazón al saber que era un mensaje de Fernando.

De: Amor.
Mi Lety. ¡Ay mi amor! Si la ciudad de México se siente sola sin mí. Nueva York es un témpano de hielo cuando no estás a mi lado. Te llevaste toda la magia de esta ciudad. Me da el mayor de los gustos que estés ya en tierra firme, estaba muy ansioso sin saber cómo ibas en el viaje, por eso me alegra que los vuelos ya no te den TANTO miedo; porque contigo quiero recorrer el mundo entero. Extraño tus besos, tus abrazos. Por cierto a nuestra cama y a mi nos haces mucha falta vida mía. Te mando mil besos y mil abrazos... Dulces sueños mi ángel. Te amo. Por siempre mi amor.

Sonreí y suspiré como nunca, sus palabras me hacían volar, me hacían tan feliz. Cuando seguí mi camino una persona que venía a toda prisa chocó conmigo, me hizo caer, mi maleta voló al igual que mis lentes. Voltee a verlo y ni siquiera se paró a preguntarme cómo estaba, seguramente llevaba prisa. ¡Qué caos! En fin, me levanté, fui por la maleta, aclarando que sin soltar el celular y quitar la sonrisa de mi rostro, después de ese mensaje ni la caída me dolió, al ir por mis lentes y agacharme por ellos note cómo las personas pasaban por encima de los mismos. ¡Maldición! Los levanté y estaban completamente destruidos.

La Fea Más Bella: Por siempre mi amor.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora