25 ¿Salgo guapo?... (Emmett)

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— ¡Genial! Mira esto—le tendí el móvil a Ariel mientras él se inclinaba sobre un libro de ciencias—. Ahora Caleb quiere que vayamos al Foxy mañana por la noche.

—Pero el mensaje... Creía que mañana íbamos a tenderle la trampa a A—susurró mi amigo.

—Sigue leyendo. Caleb cree que sería una buena coartada para nosotros—suspiré. Había leído el mensaje como tres veces—. Cree que si A cree que estamos en el Foxy estaremos a salvo.

— ¿Y qué? ¿Luego nos piramos y ya está?—ironizó mientras metía todo su material dentro de su mochila.

—Creo que ese es el plan—me sacudí los pensamientos—. Pero luego hablamos con Cal y a ver.

—Sí, oye, ahora tengo gimnasia, nos vemos esta tarde—se despidió con una mano y luego se giró para marcharse—. Ah, esto, o mejor te llamo por teléfono—le miré extrañado y volvió a acercarse—. Mi padre regresa hoy de Nueva York. Wren descubrió a Theo saliendo de mi cuarto y ha insinuado que se lo dirá a mi padre si no intercedo por él para que pueda quedarse.

—Será cabrón—gemí y me puse de pie—. ¿Y qué vas a hacer?

—Ayudarle—cerró los ojos, derrotado.

—Pero tú padre sabes que eres gay—alcé una ceja—. Dile que sales con Theo.

—Lo sabe, pero no es un tema que nos guste tratar. Sobre todo a él, hace como que me acepta y sé que me quiere. Pero no fue fácil cuando se lo dije y... No sé, Emm ¿Meter a un chico a mi cuarto?—se mordió un labio—. Tengo que tratar esto con mucho tacto e ir con mucho cuidado o me meterá en un internado militar.

—Él no haría eso—me crucé de brazos—. Jamás te alejaría de él de esa forma. ¡Tú le eliges las corbatas!

Le hice sonreír y por un momento ambos nos sentimos un poco mejor.

—Y aún no le has dicho que no quiere estudiar económicas—me quejé—. Creo que sería un buen momento.

—Umm, se va a poner bastante tenso cuando vea a Wren—negó con la cabeza—. No es un buen momento.

—Nunca es un buen momento—le grité mientras se alejaba—. ¡Sal del armario, Prior!

— ¡Que te jodan!—se giró y me sonrió.

Entonces corrí tras él antes de que pudiera marcharse de allí sin mí.

—Oye, compra tú las entradas para el Foxy—le pedí—. E invita a Theo.

— ¿Theo en el Foxy?—ironizó mientras se despedía de la mano de la señora Rodmery, la encargada de la biblioteca ¿Cuánto tiempo se pasaba el empollón allí metido?—. No es su royo.

—Uhhh, ya sabes cual es su royo y todo ¿eh?—le guiñe un ojo—. ¿Y es bueno en la cama?

—Eso no es asunto tuyo—me dio un codazo y se sonrojó—. ¿Y por que tengo que comprar yo las entradas?

—Por que tu padre es rico y tienes más pasta que yo—bromeé—. O eso, o seré el aparcacoches.

—Vale.

Entonces empujó la puerta para salir de allí y a la misma vez alguien empujó del otro lado. Todos tropezamos un momento. Estaba apunto de enfadarme cuando vi que era Andy el que intentaba pasar. Me miró sonriente y creo que quería decirme alguna puya de las suyas, pero vio a Ariel parado junto a mí y se encogió con timidez.

—Perdonad, nunca se para donde se abre esta puerta—amohinó los labios y pasó dentro.

—A mi también me pasa—susurró Ariel—. No pasa nada. ¿Vamos, Emm?

MUÑECOS DE CRISTALDonde viven las historias. Descúbrelo ahora