28 ¡Ocupado!... (Emmett)

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Era muy incómodo ir en la parte trasera del coche de Ariel, mientras él y Theo se hacían carantoñas delante.

—Emmett—me había saludado Theo de manera hosca mientras yo me metía en la parte trasera.

—Theo—yo había intentado sonreírle de manera agradable, por Ariel, pero su cara me había cortado todo el rollo.

Así que fui el primero en salir del coche en cuanto este aparcó en el descampado frente a la torre "Hollis". Por un momento el deslumbrante brillo de los cursis farolillos del camino me cegaron, así que me giré y miré hacia el otro lado. Entonces los vi. El señor James y... ¿Caleb? Dándose el lote en la parte trasera del edificio.

—Eh, Ariel—golpeé la ventanilla y les corté el rollo.

Ariel suspiró y salió del coche a desgana. Me sonrió, aunque supe que estaba fastidiado por que estaba de sujeta-velas. Bueno, que se aguantase, de todos modos habíamos ido hasta allí solo para ser vistos y ya está, teníamos otros planes para aquella noche. Y yo estaba deseando descubrir quien era A.

—Mira—le agarré de la barbilla y le hice girar la cabeza hacia la parte trasera. Pero entonces abrí la boca y retrocedí. Ya no estaban. En la parte de atrás no había nadie ¿Me lo habría imaginado? No, imposible, estaban allí hacía un momento ¿Dónde se habían metido?

— ¿Qué mire el qué?—Ariel frunció el ceño y se ajustó el chaqué de color azul brillante que llevaba.

—Nada—me encogí de hombros—. Creía haber visto... Da igual. Estoy nervioso por lo de esta noche.

— ¿Nervioso?—Theo cerró la puerta al otro lado y rió—. Tío, yo estoy nervioso, voy a conocer a mi suegro. Y dicen que no tiene buen carácter.

— ¿Tú padre va a venir?—pregunté a Ariel mientras rodeaba el coche para reunirse con su amado, y yo lo seguía como un idiota.

—Sí, y Wren también—Ariel alzó una ceja—. Es uno de los benefactores, así que ha insistido en venir. Y como teme que Wren le desvalije el minibar...

— ¿Y le vas a presentar?—fruncí el ceño, intrigado y sorprendido—. ¿No es un poco pronto?

—A ti que más te da—Theo le agarró de la mano de manera posesiva y se pegó a él—. Además ¿Por qué estás nervioso? ¿Acaso tú novia te espera y llegas tarde o qué?

—Sí, algo así—ironicé, poniendo mala cara. Ariel me vio y me regañó con la mirada. Yo asentí—. Nos vemos dentro. Perdonad.

Se hicieron a un lado y yo crucé el camino a toda prisa. La señora Dawson estaba recogiendo las entradas en la puerta. Me saludó y yo le di mí entrada algo incómodo. En cuanto entré dentro la música me zumbó en los oídos. Estaba acostumbrado a la música, pero aquella noche me sentía muy raro. Me paseé por la pista, buscando a Caleb con la mirada, necesitaba hablar con él, y no solo por lo que estaba seguro que había visto, sino por que necesitaba que me tranquilizase con respecto a nuestra aventura clandestina. Saludé a unos cuantos colegas del equipo y varios más a los que conocía del insti.

—Ey, tío ¿Has visto a Caleb?—le pregunté a Sean Kahn, quien deambulaba por ahí con dos vasos en la mano.

—No, y yo también le busco—él me miró como si estuviese preocupado o extrañado—. Hemos venido juntos ¿sabes?—oh, vaya—. Pero he ido a por bebidas y ya no le encuentro.

—Bueno, estará por ahí—le agarré un vaso y antes de que él pudiera protestar me lo bebí de un trago—. Zumo de arándanos ¿En serio?—me quejé—. Tío ¿Dónde está tú estilo?

MUÑECOS DE CRISTALDonde viven las historias. Descúbrelo ahora