Capítulo 6 - Acelerando

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Taehyung vino a su hora habitual de ir con Jimin a los baños y se encontró con el todavía en el nido, hecho un ovillo con la cabeza en el regazo de Jungkook mientras él le acariciaba el cabello.

—Vamos, Jimin,— Taehyung dijo intentando persuadirme.

—No... estoy moribundo —gimió.

Taehyung chilló tan fuerte que hizo saltar a Jungkook. — ¡Jimin, estás embarazado!

—O es eso, o he desarrollado repentinamente bulimia,— dijo Jimin. —Ve sin mí, Taehyung. No tengo ganas de ir a los baños hoy.

—No, vamos —insistió Taehyung. —Es necesario.

—¿Estás diciendo que apesto?

—Tu esencia ha cambiado —señaló Jungkook.

Taehyung rodó los ojos. —No, yo no estoy diciendo que apestes. Estoy diciendo que necesitas levantarte e ir a los baños conmigo, para que podamos hablar. Ven, te hará sentir mejor, te lo prometo.

No había duda de que, en efecto, necesitaba hablar con Taehyung sobre qué esperar pero, ¡Dios mío!, era difícil salir de este cómodo lugar. Jimin se sentó y luego trató de levantarse. Taehyung con impaciencia agarró el brazo de Jimin para ayudarlo a levantarse y Jungkook le gruñó.

Taehyung le golpeó en la nariz. —No seas grosero.

La mirada de sorpresa en el rostro de Jungkook envió a Jimin a la histeria, riendo tan fuerte que las lágrimas salían de sus ojos. Taehyung tenía razón, ya se sentía mejor.

Jungkook se dirigió con ellos a los baños. Si So Ra se sentía insultada por la implicación de que Jimin necesitaba otro protector a parte de ella, no dijo nada al respecto. Llevaba la ropa de Jimin y el cepillo para el pelo como si fuera demasiado peligroso para que él lo pudiera soportar.

Taehyung comenzó a empujar la puerta de los baños, pero rápidamente la cerró cuando se hizo evidente que Jungkook tenía la intención de seguirlos.

— ¡No puedes entrar aquí! —exclamó escandalizado.

—¿Por qué no?

—Debido a que hay una veintena de personas desnudas en ese lugar.

Jungkook miró desconcertado. —¿Y? No tengo ningún interés en mirarlas.

Jimin interrumpió. —Jungkook, él tiene razón. Tú no puedes venir, porque vas a hacer que las personas se sientan incómodas al tener a su Emperador ahí. ¿Por qué no vas a la oficina? Taehyung me llevará allí cuando hayamos terminado.

—Me sentaré aquí y esperaré por ti,— dijo Jungkook, señalando un lugar junto a la puerta.

—No, ve a la oficina y trabaja un poco —insistió Jimin. —Hemos tomado un montón de tiempo libre esta semana.

So Ra, zanjó el asunto dando un paso entre ellos y agitando su bastón hacia Jungkook.

—Haz lo que te manda el Emperador,— dijo en un tono que no admitía ningún argumento.

Jimin se reía en voz baja para sí mismo cuando entraron por la puerta. Él se detuvo en seco cuando vio a la mujer que estaba junto a la cascada, envuelta en una toalla, esperando su turno.

—Hola, Nayeon,— dijo.

—Jimin —respondió Nayeon en breve. —Te ves... bien.

—Estoy bien, gracias.— La voz de Jimin era estrictamente cortés. Tenía la sensación de que Nayeon le desagradaba, pero no podía pensar porque razón.

Nayeon se limitó a mirarlo por un momento y se volvió. —Bueno, encantado de verte de nuevo,— dijo Jimin con torpeza a la espalda.

Taehyung y Jimin se instalaron en su piscina favorita, que ya había sido desocupada para el momento en que ellos llegaron. Las personas estaban amontonadas como sardinas en las piscinas restantes, todas ellas mirando a la barriga todavía plana del Emperador. Jimin fue el receptor de muchas sonrisas y llamadas de buenos deseos desde el otro lado de la habitación y trató de sonreír hacia ellos con gracia, pero su cabeza fue a nadar de nuevo y sintió náuseas.

Mikrokosmo - KookminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora