Capítulo 29: El Largo Camino

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—¿Cómo duerme la gente en estas cosas planas? —dijo Jungkook en la mañana, pinchando la cama con su cola.— Me duele la espalda.

—No dormiste en la cama —señaló Jimin.— Dormiste encima de mí —y así había sido, enrollado alrededor de él tan apretado como fuese posible, con su cola torcida alrededor de su pierna. A pesar de lo exhausto que estaba, sus ojos revoloteaban abiertos cada vez que él se movía, como si le aterrara que él lo dejara de nuevo.

—¿Te aplasté?

Jimin sacudió la cabeza. Sinceramente, no había sido una noche muy placentera, pero había valido la pena tenerlo de vuelta a sus brazos, donde pertenecía.

Dejaron la habitación de Chen, tomados de la mano. Hae Sook estaba cocinando algo en una olla sobre el fuego, y Hoseok estaba sentado en la mesa, bebiendo de una taza.

—Buenos días —dijo.

Jungkook se sentó cautelosamente en una silla, como si temiera que colapsara bajo su peso. Se movía incómodamente, y le daba una larga mirada al piso. La única silla en la que usualmente se sentaba era en su trono, y era amplio y acolchado con almohadas. Esta era dura, de madera pura, tamaño humano, por lo que Jungkook tenía ese aspecto torpe de un adulto sentado en un juego de té de niñas.

—Buenos días —Hae Sook se giró del fuego y sirvió algo de comida de la cacerola hacia el plato que Hoseok tenía enfrente. Hoseok se lavó las manos en un cubo junto a la mesa y empezó a devorar con voracidad.—¿Tienes hambre? —le preguntó a Jungkook. Jimin tomó asiento junto a él.

—Sí, gracias —dijo Jungkook, mientras su estómago retumbaba sonoramente. El olor de la comida caliente le hacía agua la boca. Enrolló su cola alrededor del tobillo de Jimin y acercó su silla a él.

—No ha comido en días —comentó Hoseok.

—Oh, cariño —Hae Sook agregó comida extra en la cacerola.—¿Qué hay de ti, Jimin?

—Aún no recupero mi apetito —dijo Jimin.

—Necesitas comer —trató de persuadirlo Jungkook.—¿Por mí? ¿Solo unos cuantos bocados?

—De acuerdo —concedió. Haría cualquier cosa por hacerlo sentir mejor. La manifestación física de su dolor –los cambios abruptos en su apariencia– lo asustaban un poco. Él quería al juvenil y vibrante Jungkook de vuelta.

El comunicador de Hoseok chilló. Lo levantó y leyó el mensaje. —Estoy recibiendo los reportes finales —golpeteó la almohadilla.

— ¡Oh, Dios, la invasión! —Jimin golpeó su frente.— ¡No puedo creer que lo haya olvidado! ¿Qué ha sucedido?

—Ganamos —dijo Hoseok con simpleza.— GOT7 está de regreso en manos de la Federación.

—Eso es... ¿Eso es malo?

—En algunas áreas. Tomamos el Puerto Espacial, para empezar. La mayoría de las tropas ahí solo derribaron sus catapultas y se arrodillaron, rindiéndose a nuestras tropas en cuanto salieron de los barcos. Hubo algo de resistencia, aquellos quienes se negaron a rendirse a los drones, pero fue por unos cuantos minutos. Tengo que admitirlo, cuando me llegó ese reporte, me puso muy optimista de que cada objetivo sería así de fácil, pero no fue el caso. Félix hizo apariciones histéricas en videos para que los LaGOT7 pelearan contra los drones quienes trataban de "dominarlos", y les dijo a las personas que encerraran a sus propios drones, por temor de que hubiera una rebelión. En lo último tenía razón. Fue tremendamente inspirador. Los drones de todas partes del planeta pelearon en las fuerzas rebeldes, algunos armados solamente con sus garras y dientes. En unas cuantas áreas, encontramos que los drones habían tomado toda la resistencia y estaban esperando para cedernos el control. Pero en otras, hubo una pelea feroz. Algunos de los rebeldes se negaron a ser tomados con vida.

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