Capitulo 19

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El blanco es el color de los ángeles, es eternidad, paz, pureza, ¿te imaginas tener a alguien que te trasmita todo eso?, te dejes consumir hasta lo más profundo de tu alma. La pregunta que me hago es... ¿es bueno dejar que alguien te consuma?

Si voy a irme al infierno hare que valga la pena.

Después de cerrar la puerta Rowan se acerca a la cama donde yo estaba y con delicadeza se quita su camisa blanca dejando admirar su abdomen trabajado. Él se veía muy seguro, sensual, y dispuesto a todo. Mis ojos no dejan de mirar sus hermosos ojos verdes, siento una electricidad que empieza a recorrer todo mi cuerpo. Las ganas empiezan a crecer cada vez más con una mano toma mi rostro y me da un beso sensual, uno cargado con deseo.

—Voy disfrutar desnudarte. —dice con voz baja—

El empieza a quitarme la ropa con cautela y delicadeza, cada vez quedando más desnuda ante él, me deja con solo ropa interior y deja lo demás a un lado.

—Quiero besar cada centímetro de tu cuerpo y luego penetrarte con todas las ganas que te tengo. —susurra y siento como mi corazón se acelera—

Mi corazón empieza a latir más rápido y siento como un calor me abraza. El empieza a besarme el cuello hasta llegar a mi clavícula y luego baja hasta mi sostén, en un segundo me lo quita y mis pechos quedan expuestos a él.

Se inclina para besarme de nuevo y esta vez el beso es más largo, másdemandante, enrolla una mano en mi cabello y la otra la pone en mi cuello sin lastimarme. Sus labios se acoplan perfectamente con los míos. Un gemido se me escapa a mitad del beso, el corta el beso y empieza a besar mi abdomen, me hecho en la cama por completo y sus labios empiezan a bajar hasta mi zona íntima. Con ambas manos se deshace de mi ropa interior y por fin quedo totalmente desnuda para él.

—Ah. —gimo—

Me agarró de las sabanas de la cama con fuerza, miro hacia el techo para poder tratar de calmar mi respiración, pero es imposible, vuelve a subir por todo mi abdomen hasta mi cuello y luego llegar a mis labios.

Se levanta de la cama y no dejo de mirarlo ni un segundo, veo como empieza a desabrocharse el pantalón. No aparta la mirada ni un rato, se quita el pantalón y de su escritorio saca un condón. Ya no puedo con la tortura, quiero sentirlo dentro de mí.

—¿Quieres que te penetre Lea?, dime eso quieres. —dice mientras se acerca a mi rostro—

Sus labios rozan con los míos y siento como si el corazón se me fuera a salir del pecho.

—Es lo que quiero. —respondo con necesidad—

—¿Duro?, porque es la única forma que conozco. —dice con un tono amenazante y seductor—

Entre medio de mis piernas me siento muy húmeda. Como no sentirme así, si sabe donde tocarme, sabe donde besarme y todo para poder excitarme cada vez más.

Se pone en medio de mis piernas y me preparo para lo que viene. Se inclina apoyando sus manos en ambos lados de mi cabeza. Coloca la punta de su miembro en mi entrada.

Me penetra de una estocada.

—Jodidamente perfecto.

Empieza a moverse con lentitud y empiezo a gemir. Se mueve despacio, entrando y saliendo. Mis caderas empiezan a moverse a su ritmo y el acelera sus embestidas, mas rápido, mas duro y el placer se apodera de mí. Mi mente se nubla por todas las sensaciones, siento como ya se acerca mi orgasmo.

Cielo (En Proceso)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora