Capitulo 21

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Cuantas veces tenemos que rompernos para aceptar la realidad, ¿Qué tan eterno puede ser el dolor?, tu alma torciéndose de dolor y los fantasmas del pasado gritando por salir. Mas fácil seria que el fuego nos consumiera hasta dejarnos en cenizas.

Rowan.

No pude descansar en todo el viaje estaba muy estresado, mi madre me necesitaba y la idea de que algo le pasé me asustaba. Recojo mi maleta y camino hacia afuera del aeropuerto, volteo y encuentro al chofer de mis padres esperándome. Lo saludo y le doy mi maleta, el conduce en dirección al apartamento de mis padres. New york sigue siendo una ciudad con mucho tráfico y eso me desesperaba a veces. Subo por el ascensor y apretó el botón del ultimo piso. Ellos vivían en un penthouse que vale unos cuantos millones.

Una de las muchachas me abre la puerta y me deja pasar.

Todo se veía igual, este penthouse era uno de los que diseño mi padre, detestaba a mi padre, pero tenía talento, lo hizo de tres pisos, los muebles elegantes y bien cuidados, las ventanas totalmente limpias para que puedas ver esa hermosa vista, el lujo y la elegancia se notaba en cada esquina. Subo por las escaleras al segundo piso y recorro el pasillo para poder llegar al estudio de mi padre. Mientras avanzo observo cada cuadro en la pared, me paro frente la puerta y le doy dos suaves golpes.

Espero a que mi padre del permiso para entrar.

Mi respiración empieza a acelerarse y los recuerdos me invaden. Nunca le tuve miedo a mi padre, hasta ese día.

No podía engañarme a mi mismo, todo lo malo se removía cuando lo veía.

El me deja pasar y abro la puerta. Estaba en su escritorio con planos encima. Alza la mirada para verme y solo espera a que yo hable primero. Se levanta con firmeza, demostrando que acabo de llegar a su territorio.

—Hola papá. —lo saludo y el solo tiene la misma mirada seria de siempre.

—Hijo, supongo que viniste a ver a tu madre ¿me equivoco? —habla con voz gélida.

—Porque más vendría aquí. —digo con voz severa.

—Esta en su cuarto. Haz las cosas con el bien para todos. —advierte.

Me quedo callado.

Como quisiera responderle, decirle todo lo que se me cruza por la mente, pero no puedo es mi padre y tiene ese poder. No puedo hacer nada contra él.

Decido irme de ese momento. El cuarto de mi madre se encontraba en el tercer piso. Subo por las escaleras y entro a su habitación.

Siento como la melancolía envuelve mi cuerpo, siento como si se estuviera torciendo todo dentro de mí. Dolía ver a mi madre así, en ese estado.

Estaba en un sillón sentada mirando por su ventana, ni voltea a verme, me acerco a ella y noto sus ojos hinchados de tanto llorar en su regazo esta una foto, no logro ver cual es. Me detengo detrás de ella y veo entre sus manos la foto familiar que nos habían sacado en el último cumpleaños de Amber.

La sonrisa de mi hermana me llena de tristeza, la hecho de menos, extraño estar con ella, siempre me hacía reír y nos reñía cada vez que peleábamos.

—Hola mamá. —la saludo y la rodeo con mis brazos.

—¡Hijo! —exclama al sentir mi abrazo.

Ella se gira y me mira con un dolor en sus ojos, no esperaba verme.

—¿Cómo estás? —le pregunto.

Cielo (En Proceso)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora