CAP 28. Nunca

2K 258 23
                                    

Mew•°

Sentado sobre esta banca de metal fría, las horas avanzan. Se siente como si el reloj tuviera pies y no se detuviera siquiera para decirme que pasó. Exactamente no sé cuánto tiempo tengo aquí, solo desperté y ya estaba tras las rejas. No había nadie, solo sentía el hombro doler pero creo que fue porque me salí de control. En esta habitación silenciosa, el reloj es lo único que parece estar conmigo.

En mi defensa él se lo buscó.
De solo recordar la cara de Gulf, tan lastimada, tan asustada, mi Alfa terminó por salir y no lo detuve, peleé con él, y casi logro cumplir mi promesa de acabarlo, pero creo que se me salió de las manos, de un momento a otro ya no pude recordar nada y no sé en sí que fue lo que pasó. Solo tengo un vago flash back donde Brigth está frente a mi. Después de eso nada.

¿Se confundieron al traerme aquí?.

Gruño de impotencia pero al mismo tiempo pienso en Gulf, en Kamel, y me pregunto si es que acaso están bien, no recuerdo haber visto a Kamel y eso me preocupa, fui un tonto al no controlarme, debí haber puesto a salvo primero a ellos dos, y después haberme encargado de ese abusador.

Pero me cegué.

¡Maldita sea!

Me pongo de pie rápidamente y me asomo por estas rejas grises, frías, las cuales son de hierro puro para evitar que absolutamente nadie pueda salir aunque su forma salvaje salga.

-- ¿Qué estoy haciendo aquí...?

Niego al cerrar mis ojos y recargo mi frente en esta fría reja.

"¿Y si ha muerto por mi culpa?"

Abrí los ojos al instante por esa pregunta, por un momento desearía que fuera así, pero por otro lado no se que sentir, ha echo tanto daño, que ese sería un castigo muy bueno y yo quiero que sufra, que sienta aunque sea la mitad de todo el sufrimiento que ha causado, sería tan injusto que la muerte no sería un castigo.

Ni siquiera un poco.

-- Hasta que despiertas.

Voltee inmediatamente al escuchar esas palabras y tras aquella puerta ha entrado un tipo que conozco desde hace años.

-- ¡Mild! ¡¿Dime qué hago aquí?! ¡¿Ah?! ¡Habla!

Sacudí las rejas con mis manos y él dio un paso hacía atrás.

Creo que ya entendí el porqué estoy aquí...

-- Ya entendí. -- solté esas barras.

Di un par de pasos mientras jalaba mi cabello y trataba de relajarme.

-- Te pusiste como loco.. -- le escucho -- y ya lo sabes, veinticuatro horas hasta que te calmes. Habla con tu Alfa y calmense.

-- ¿Cómo están Gulf y Kamel? -- ignoré su petición.

No voy a negar que mi lobo y yo estábamos aún alterados.

-- Gulf está en el hospital. -- cerré los ojos -- Kamel está bien, un poco aturdido pero bien. Pero la otra chica...

-- ¿Qué chica? -- abrí los ojos

-- Creo que se llamaba Lila...

-- ¿Llamaba?, ¿Lila? -- me acerqué a las barras de nuevo -- ¿Qué pasó con ella?

-- Murió...

-- ¡¿QUÉ?!

Le miré totalmente confundido, asombrado, y a la vez dolido. ¿Ella que tenía que ver con todo esto?, La última y la única vez que hablé con ella parecía ser una muy buena chica, amable, y aunque al principio no quería declarar contra Tong, logré conversela de que al fin sería libre, lo supe cuando su silencio tras él teléfono, me decía que vivía de manera miserable con él. Pero jamás pensé que tanto. ¿Qué no acaso un Alfa cuida de su pareja?. O no importa que seas un Alfa.

«No Podrás»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora